Un momento del concierto protesta, en la Plaça Major de Palma. | Nuria Rincón

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Los músicos de la Orquestra Simfònica de Balears pusieron ayer toda la ‘carne' en el asador para protestar por los recortes que el Consell y el Ajuntament de Palma ya han aprobado en sus presupuestos. Lo hicieron en la Plaça Major de Ciutat y acompañados por músicos y cantantes, tanto profesionales como amateurs, que quisieron apoyar a la formación y unirse a su causa. Cientos de ciudadanos y turistas arroparon el concierto protesta.

En esta ocasión, los músicos colgaron el chaqué para enfundarse en unas camisetas rojas y blancas, con un estampado del logo de su protesta: ‘Tots amb l'Orquestra Simfònica, tots amb la Cultura'. Con sus instrumentos en mano, el director Felipe Aguirre alzó su batuta y, entonces, comenzó a sonar la primera pieza del programa, la obertura El barbero de Sevilla, de Rossini, acompañada por una gran ovación de los allí presentes, en su mayoría turistas alemanes, ingleses y nórdicos, algunos de ellos sorprendidos por encontrarse un concierto tan multitudinario, y, por suerte, con el tiempo de su parte, ya que el sol lució con fuerza durante toda la mañana.

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«Bravo» fue la palabra que más sonó a lo largo de la velada, y al unísono. Fuertes aplausos cargaban de energía a los músicos, entregados al cien por cien a su labor gracias, en buena parte, al feedback del público.

Nóminas

A día de ayer, los músicos de la Simfònica no habían cobrado la nómina correspondiente al mes de marzo y, aún así, «decidimos salir a la calle para protestar con más fuerza que nunca», dijo Carlos Fortea, portavoz del Comité de Empresa del consorcio musical. Entonces continuaron sonando composiciones clásicas y celebradas como Ave verum, de Mozart, o el Nabucco, de Verdi.