«Es una de las pocas imágenes que trascienden la historia del arte y que tienen un alcance global, quizás sólo por detrás de La Mona Lisa», afirmó el director de la venta, Simon Shaw, quien agregó que la popular obra del pintor noruego (1863-1944) «define la modernidad y es instantáneamente reconocible».
Fue poco antes de las 20:00 horas (00:00 GMT) cuando la sala de Sotheby's quedó en completo silencio para dar inicio a la puja por «El grito», en la que empezaron interviniendo siete compradores en un intercambio de cifras de vértigo que terminó reducida a una batalla entre dos personas anónimas a través del teléfono.
Doce minutos más tarde la obra fue adjudicada a un precio de martillo de 117 millones de dólares, una cifra que con las correspondientes comisiones quedó finalmente en 119,9 millones de dólares, superando así el récord de 106,5 millones que ostentaba desde 2010 un Picasso, «Desnudo, hojas verdes y busto».
Se trata de la única versión de las cuatro existentes que aún estaba en manos privadas, según Shaw, quien remarcó a Efe que otras dos versiones fueron robadas en los últimos veinte años, y aunque finalmente se recuperaron y se exhiben ahora en museos noruegos, convierten a la obra en «la más robada de la historia del arte».
El experto de Sotheby's destacó que, por ello, y «por la poca frecuencia con la que verdaderos iconos salen al mercado», es comprensible que se haya conseguido este precio histórico, durante una subasta en la que llegó a recaudarse la friolera de 330 millones de dólares.
Shaw añadió que era un momento «particularmente propicio» para que esta obra maestra del expresionismo, pintada en 1895, saliera al mercado, ya que el próximo año se cumple el 150 aniversario del nacimiento del pintor noruego.
Además de «El grito» también se vendieron otras obras de Munch, como «Mujer mirándose en el espejo», por 5,1 millones de dólares, o «El sembrador», por 2,8 millones de dólares, en una velada en la que también causó gran expectación «Mujer sentada en una butaca», un retrato de Picasso a su musa y amante Dora Maar por 29,2 millones.
Shaw dijo que en esta obra «enérgica y vibrante», realizada en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, Dora Maar supone para Picasso «la personificación del conflicto bélico, y transmite la ansiedad extrema y el dolor que sentía el artista en aquella época en la que ambos vivían juntos en París».
«Mujer sentada en una butaca» data del mismo año que la obra del malagueño «Dora Maar con gato», vendida en 2006 por 95,2 millones de dólares, que da muestra asimismo de «la brillantez de su trabajo en la época de la guerra», según el experto de la casa Sotheby's.
También de Picasso, se vendió por 6,9 millones «Cabeza de mujer», en la que, a través de la representación de su musa y amante Françoise Gilot, el artista transmite «un optimismo que caracterizó su trabajo en los años inmediatos a la Primera Guerra Mundial».
Durante la subasta también despertaron interés piezas de Joan Miró o Chaïme Soutine, mientras que el surrealismo vino de la mano de «Primavera necrofílica», del catalán Salvador Dalí (1904-1989), vendida en 16,3 millones de dólares, y que ejemplifica «uno de los momentos más creativos de la carrera de Dalí», según Shaw.
También surrealistas son los cuadros de Miró (1893-1983) «Cabeza humana», de 1931, por el que se pagaron 14,8 millones de dólares, y en el que el artista español crea «un lenguaje visual único», así como «Pintura», que se vendió por 4,1 millones.
Otras de las pinturas más destacadas de la subasta fue el retrato de Soutine (1893-1943) «El botones del Maxim», por el que se pagaron 9,3 millones de dólares.
«El retrato de este modelo anónimo irradia una fuerza emocional única en la historia del arte del siglo XX, y el dinámico uso del pincel y los fuertes colores inscriben a esta obra en el culmen del trabajo de Soutine», señaló Shaw.
También hubo tiempo para las escultura, entre las que destacó la venta por 12,6 millones de dólares de «Prométhée», de Constantin Brancusi (1876-1952), una obra minimalista que combina influencias del primitivismo, el folclore rumano y la estética de las máquinas de la revolución industrial.
16 comentarios
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Yo con cuatro cervezas tomadas en Punta Ballena, pinto mucho mejor que este payaso, o que el payaso de Barceló. y el que lo ha comprado si no sabe quehacer con tanto dinero, en Africa hay muchos niños que se mueren de hambre,imbecil.
Para mí Vincent Van Gogh !!! TOTAL .
Cuestión de artistas ,cuestión de gustos,cuestión de caprichos y de ...dinero !!!
Si és veritat que existeixen quatre versions d'aquest quatre, em sembla agosarat pagar aquest preu, més adient per a una obra única.
El propio Munch explicó que había pintado la obra después de sufrir un ataque de ansiedad. Paseaba con unos amigos al borde de un fiordo y de pronto vio que el cielo se puso rojo y le pareció que un grito penetraba toda la naturaleza... Habrá sido el ataque de ansiedad más productivo de toda la historia del arte, aunque por lo visto también provoca ataques a algunos que lo miran...
Pues si ven los cuadros que hace mi hija, me hago de oro. Pinta mejor que el Barceló (nada difícil, por cierto).
Lo colocaré en el cuarto de baño. Es que así defeco a gusto después de robar en el Ayuntamiento.
Partiendo de la base que cada uno con su dinero puede hacer lo que le dé la gana, no tengo ningún reparo en admitir que Edvar Munch es un artista como la copa de un pino. Hay quien por un "Miró" paga fortunas y a mi particularmente se me antoja un mamarrachista. "El Grito", no es su mejor obra ni mucho menos. Tiene otras, que dentro del expresionismo, que son realmente maravillosas.
120 millones de dolares por un cuadro RIDICULO (arte muy barata de un pintor de unos 4 años). Los inversores cada vez están más enfermos de nunca y que se vayan al infierno. Me hubiera gustado romper este cuadro de tonteria.
SE TENDRIA QUE TRANSFORMAR EL HORRIBLE CUADRO EN POLVO AL QUE LO COMPRE POR ESA PORNOGRAFICA CIFRA. QUE MUNDO MAS INJUSTO