Carme Bondia, Abigaïl Monells, Amanda Vich, Carolina Molina, ayer a la salida del juzgado.

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Las próximas semanas servirán para comprobar si las cuatro trabajadoras del Espai Mallorca de Barcelona y el Gremi d'Editors de Balears, gestor de la entidad, son capaces de llegar a un nuevo acuerdo laboral. El juicio, que enfrentaba a las asalariadas con el Gremi por incumplimiento de contrato, debía haberse celebrado ayer pero se aplazó, por segunda vez, hasta el próximo mes de septiembre. Por mutuo acuerdo, las dos partes han decidido intentar negociar una salida.

«La idea es dar vida al Espai Mallorca y proponer diversas vías laborales a las trabajadoras hasta diciembre en términos de suspensión de contratos, una medida totalmente coyuntural, y buscar una solución este mes para encontrar financiación y poder seguir la actividad», explicó el abogado Jordi Vidal, quien añadió que «si la financiación no llega antes de diciembre porque el Gremi no la aprueba o por parte del Consell, entonces nos encontraríamos de nuevo en la misma situación». Entre las medidas que se barajan por parte de las trabajadoras figura la aplicación de un expediente de regulación de ocupación parcial hasta final de año que reduciría a media jornada la labor de las cuatro asalariadas, que cobrarían tres meses del Consell y otro tanto de paro.

«Esta medida, que ha salido de nuestro abogado, supone un ejercicio de responsabilidad y de compromiso con la entidad del Espai Mallorca», comentó una de las libreras del centro a la salida del juzgado. Las cuatro trabajadoras destacaron que «la figura de Francesc Moll ha sido importante para abrir una puerta a la negociación». El editor ha ejercido de mediador desde la dimisión en abril de Miquel Ferrer como presidente del Gremi. Moll se reunió con las trabajadoras la pasada semana en Barcelona, donde se encontraba acompañando a su hermana Aina Moll en la ceremonia de entrega del título de doctora honoris causa por la Universitat Oberta de Catalunya.