El concierto fue en beneficio de la ONG Amics de la Infància. | M. À. Cañellas

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El ruido producido por las alas de las cigarras enmudecía con las primeras notas de El holandés errante, de Wagner. Fue en el inicio del concierto de la Orquestra Simfònica, en el Castell de Bellver, a beneficio de la ONG Amics de la Infància, con el que el conjunto concluía el Festival de Música que celebra anualmente.

La actuación de la Simfònica, dirigida por Salvador Brotons, peligró ante la amenaza de una lluvia que parecía se apaciguaba ante la demanda del director: «Aguantará [sin llover]», clamó con su batuta al cielo encapotado. Los asistentes utilizaban los abanicos a modo de paraguas y la llovizna, que daba un tono tan épico como fílmico al evento, hizo caso a Brotons. Al menos hasta el cierre de esta edición. En el entreacto, Carmen Serra, en representación de la citada entidad, recogió el donativo, que se destinará a los niños de Perú y Bolivia.