Desde la izquierda, Amanda Vich, Carme Bondia y Abigail Monells, posaron ayer en el Espai Mallorca.

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«Este mes deben resolverse los temas de futuro del Espai Mallorca o, en caso contrario, no habrá futuro», señalaba esta semana Francesc Moll, presidente del Gremi d'Editors de les Balears, al referirse a la entidad de Barcelona. El propietario del local ha avisado a los responsables del centro que deben saldar sus deudas de alquiler o tendrán que marcharse. Las trabajadoras, que el día 19 se enfrentarán al Gremi en un juicio aplazado dos veces, tienen pendientes cinco pagas por cobrar.

La programación de actividades está limitada a aquellos actos que no supongan ningún gasto y la llegada de novedades literarias a la librería, en algún caso, está condicionada al previo pago por parte del Espai de deudas contraídas con las editoriales.

«Vivimos una situación contradictoria a causa de cuestiones burocráticas ya que estamos pendientes de recibir la subvención del Consell de Mallorca, que no se puede cobrar si no estamos al día de la Seguridad Social y de Hacienda, pero que no se puede pagar si no llega este dinero», explicó Moll.

En junio, el Consell notificó que la subvención no se haría efectiva si existía una deuda con la Seguridad Social. La última semana de julio, Francesc Moll, entonces en condición de tesorero del Gremi, y Joan Josep Vidal como vicepresidente solicitaron un préstamo. Moll aclaró que «la solución que hemos tomado ha sido endeudarnos por parte del Gremi y arriesgar nuestro patrimonio personal». El editor avisó que «la pelota está en manos del Consell», y asumió que «puede haber problemas con los propietarios si no se soluciona». A principios de año, las trabajadoras del Espai Mallorca, con cinco pagas pendientes, interpusieron una demanda al Gremi por incumplimiento de contrato. El juicio, que debía celebrarse el 15 de marzo, se aplazó en dos ocasiones y quedó pendiente para el próximo día 19 de septiembre. En abril, el Consell abonó 85.000 euros, correspondientes a la subvención del año 2011, y las trabajadoras cobraron sus nóminas retrasadas. A mediados de mayo, coincidiendo con la segunda suspensión del juicio, los abogados de ambas partes llegaron a un acuerdo para tratar de rebajar a media jornada la actividad laboral de las coordinadoras y libreras de la entidad. En mayo, el gabinete de abogados del Espai mandó su propuesta que debía tener vigencia a partir de junio y hasta final de año. En julio, el Gremi rechazó la proposición y aseguró que seguía estudiando la manera de dar continuidad al proyecto cultural. El tema se ha vuelto a encallar y ya son de nuevo cinco las pagas pendientes de cobro a las trabajadoras, como antes de marzo.