El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero acordó hacerse cargo de los gastos de la decoración de la Sala XX del edificio de la ONU a cambio de que ésta se llamara Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones. Para conseguir este propósito, Zapatero creó la Fundación Onuart, que, mediante su director, Miguel Ángel Moratinos, se encargó de cerrar un acuerdo con Barceló (Felanitx, 1957) en marzo del año 2007.
El 18 de noviembre de 2008, el rey Juan Carlos de Borbón inauguró oficialmente los 35.000 kilos de color e ingenio que barren con olas y estalactitas los mil metros cuadrados de cúpula.
Coste excesivo
Respecto al precio total de la decoración de la obra, las previsiones iniciales auguraban un presupuesto inferior al resultado final. Un coste que, en teoría, debía contar con una aportación pública de un 40 por ciento más un 60 por ciento de inversión privada. Sin embargo, la crisis afectó a los inversores privados, que retiraron parte de su aportación, por lo que el Gobierno tuvo que aumentar su implicación económica. La inversión entre privado y público se ha visto invertida, pagando la Administración Central cerca del 60 por ciento del coste total.
Por este motivo, el Gobierno central comunicó al actual presidente de la fundación, Jorge Lasheras, que no habrá más dinero para cubrir los gastos pendientes de la decoración de la Sala XX de la sede de las Naciones Unidas de Ginebra.
3 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Em sorpren que promotors privats es puguin retirar (com pel nostre Palau de Congressos) i deixin així tota la càrrega de la financiació al sector públic. Per a aquestes sumes importants, s'hauriende preveure indeminitzacions de ruptura. Si entenc bé, l'Estat, és dir nosaltres, hem passat de pagar 8 milions d'eurons a haver-ne de pagar 12 milions. Encara una xapussa d'organització costosa.
Hoy en día a cualquier cosa le llaman "decorar"
20 millones por una chapuza. Todo lo que toca ese tío lo fastidia, antes de encargar una obra a alguien que diga llamarse artista, intenten mirar dónde meten el dinero. 20 millones de euros de decoración, para ir ahí a tocarse los huevos.