Un instante del concierto de la Simfònica, en su primer concierto en el Principal de Palma. | ultimahora.es

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Los cambios suelen transmitir sentimientos como el misterio o la duda. En el caso de la nueva sede de la temporada de la Orquestra Simfònica, el Teatre Principal de Palma, el misterio ya se ha resuelto -los conciertos arrancaron el 26 de octubre-, mientras que la duda todavía ronda por la cabeza de los fieles de la formación. Algunas personas consultadas por este diario confiesan no estar convencidas de esta ubicación, mientras que otros sí aprueban el cambio. A pesar de ello, y aunque comprenden que se deba a motivos económicos, la mayoría apuesta por la vuelta de la orquesta a su anterior 'casa', el Auditòrium.

«El Principal es más bonito pero está más preparado para acoger obras de teatro que conciertos sinfónicos», relata Toni Constantí, asiduo al Auditòrium durante diez años. Para este aficionado, este cambio conlleva varios inconvenientes: «La orquesta se ve pequeña, la visión desde la platea es mala y los palcos son incómodos porque no tienen reposabrazos. Además, al no contar con cámara acústica, no suena tan bien como en el Auditòrium». La misma opinión comparte Emili Gené, crítico y colaborador de Ultima Hora, quien se muestra contundente: «La diferencia es peor en todos los sentidos. Da la impresión de que los músicos no caben en el escenario y la visibilidad desde las primeras filas es mala».

Problema

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Para Gené, la única ventaja es la «supervivencia» de la Simfònica con su nuevo emplazamiento de conciertos. «De no ser así, la formación no podría continuar, y, por otra parte, el Principal no es un lugar nuevo para los músicos, porque ya hace tiempo que tocan allí algunos conciertos ajenos a la temporada. El problema principal es la caja acústica. Una vez solucionada, se podrá comparar de verdad. Aún así, la acústica del Auditòrium siempre ha sido mejor, eso es más que segurísimo».

También hay valoraciones positivas, como las de Eugenio Llamas o Magdalena Ruíz, violinista. El primero aclara que «la sonoridad es buena y el teatro muy acogedor». En su caso, «en el Auditòrium estábamos en la fila tres, y en el Principal, aunque la visión no es muy buena, el sonido sí». Lo único negativo es que «el aforo es más limitado, aunque éste es un problema de recaudación, no afecta a los asistentes». Por su parte, Magdalena Ruíz considera que «el sonido sigue siendo muy bueno, gracias, sobre todo, a la buena labor y la profesionalidad de los músicos. Para mí, es la mejor orquesta que jamás he visto y escuchado, y, sin duda, es un tesoro para Mallorca». A pesar de ello, ambos opinan que «el Auditòrium es más apropiado», pero están «muy satisfechos con el primer concierto de la temporada».

También los hay que se muestran reticentes a la nueva sede, como Francisca Bennàssar, gran aficionada. «Me da mucha pena», confiesa. «Vi cómo se inauguraba el Auditòrium, cuando yo tan solo tenía 25 años, y se hizo para acoger este tipo de conciertos. Me parece muy injusto, pero iré, con mucho dolor, al Teatre Principal».