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Aunque los gatos y las palomas siguen intentando colonizar el interior de Can Weyler, el Departamento de Patrimoni del Consell ha efectuado una limpieza del inmueble gótico de la calle de la Pau de Palma: «Hemos sacado bichos muertos y varios camiones de trastos», explican los operarios. También cuenta con una partida de 55.000 euros para invertir en unas obras de consolidación de urgencia para evitar que el edificio siga deteriorándose. Se iniciarán a comienzos del próximo año.

Además, desde la Vicepresidència de Cultura i Patrimoni del Consell se ha pedido una prórroga al Gobierno central para no perder el dinero de los llamados fondos estatutarios, concedidos en la pasada legislatura para la compra y reforma del edificio. Como hasta ahora no se ha intervenido en el mismo, esa partida corre peligro ya que son cantidades sujetas a unos plazos de ejecución.

Cabe recordar que el edificio fue adquirido por el Consell en la legislatura anterior por 1.550.000 euros, aproximadamente, procedentes de los citados fondos. Y que de los mismos queda otra cantidad similar, que está en posesión del Govern.

Una visita al interior de este edificio evidencia que ha desaparecido la suciedad que se veía a través de la reja del portal, pero también que, antes de que la brigada de Patrimoni Històric entre a trabajar, se deberán tapar todos los huecos por donde aún se cuelan los pájaros y animales asilvestrados.

Entre enero y febrero de 2013, «será la brigada la que realice las obras, así saldrá sensiblemente menos costoso, incluso igual no hace falta gastar los cincuenta y cinco mil euros y no vamos a convocar ningún concurso». Lo asegura Miquel Barceló, secretario general de la Vicepresidència de Cultura. Precisamente, el vicepresidente Joan Rotger explicó a este diario que «ya tenemos un proyecto [para estas actuaciones de consolidación] que han hecho en el servicio de arquitectura del Govern».

Saneamiento de la fachada principal, de la techumbre, las bajantes pluviales, los aleros y de las grietas son las intervenciones programadas en esta operación quirúrgica con la que se pretende que el estado del casal no se agrave.

«Nuestra obligación es la de consolidación y mantenimiento, más allá de futuros proyectos». Con estas palabras, Barceló deja claro que, de momento, el centro de interpretación que el gobierno de Francina Armengol quería instalar en Can Weyler, así como la excavación del subsuelo, -donde un georradar encontró estructuras de muros-, o la rehabilitación integral, tendrán que esperar.