Nekane Aramburu, esta mañana en su presentación. | Joan Torres

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La presentación, ayer, de Nekane Aramburu como nueva directora de Es Baluard dio al traste con la rumorología desatada en los últimos meses sobre quién tomaría las riendas del museo. Aramburu ha sido elegida mediante concurso por cuatro años, que se pueden prorrogar dos más, y cobrará un sueldo de 55.000 euros brutos. Su currículum dice que es historiadora del arte, máster en museología, comisaria independiente, autora de varios libros y gestora cultural, tanto en el ámbito privado como en el público. Esta información y el proyecto que presentó para Es Baluard se puede encontrar en la web del museo.

Consciente de los tiempos que corren, Aramburu aseguró de entrada: «No pretendo hacer grandes exposiciones internacionales» y «las temporales es lo que menos me preocupa». Así, dejó claro cómo piensa revitalizar el museo: «Desde el territorio, con los contextos de la ciudad y a nivel internacional», insistiendo en la «educación, turismo y formación», además de en la «innovación, en I+D, pero no de grandes inversiones, sino empezando por microacciones, potenciando lo hecho y el trabajo en red».

Para la nueva directora, Es Baluard es «una casa-madre afianzada, pero que necesita una definición, trabajar en la marca desde la dirección técnica y artística» y resolver los mismos problemas que en España acucian a «los museos creados en las décadas de los años 90 y 2000, «que pasan por una situación delicada, y no sólo por la crisis»; los museos, añadió, «no tiene contacto con la realidad».

Respecto a la proyección de Es Baluard, reflexionó que «necesita dotarse de personalidad» y que «la base es la colección, a la que hay que dar otro tipo de lecturas».

Con intereses también en la arquitectura, se mostró dispuesta a sacar partido del edificio «de estudiarlo para definir los lugares, dar personalidad a esas áreas, valorar los espacios», considerar «la arquitectura como valor». Respecto al método de trabajo que piensa poner en práctica, aseguró que se lo planteará desde «lo horizontal» que se reunirá con «todos los sectores y colectivos» y que todos «los concursos públicos serán por licitación».

«Potenciar el arte de las Islas, crear una base de datos de artistas de aquí» dar posibilidad a la «formación de comisarios jóvenes» invertir en «I+D para crear un efecto llamada», plantear líneas de «investigación y desarrollo desde aquí dentro [el museo]» fueron otros de sus anuncios.

Conocedora del escaso presupuesto del museo y de que no dispondrá de dinero para adquisiciones, señaló que «me interesa trabajar con el presente y dotar de sentido a la colección, que tiene algunas lagunas»; y sobre que parte de los fondos del museo pertenezcan o procedan de la Col·lecció Serra dijo que «estoy acostumbrada a trabajar con fundaciones que tienen colecciones que se forman como una ensalada», es decir, con ingredientes variados, «pero una colección es un acto de memoria y de amor», concluyó.