Varias galerías han participado en el Art Brunch de Palma. | P. Pellicer

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Un Art Palma Brunch exclusivo y selecto requería, según Pep Pinya, presidente de la Asociación Art Palma, excluir a los galeristas de AIGAB [Associació Independent de Galeristes de Balears], que bajaron sus persianas en señal de protesta. Por tanto, en esta novena edición, hubo menos galerías que en anteriores ocasiones, un total de 10. Escaso público y pocas propuestas novedosas de art. Además, los restauradores apenas colaboraron en los canapés, gesto que dejó en evidencia a galerías escuetas en brunch.

El recorrido de las autoridades se inició en el Casal Solleric con las obras de Juan López, Jaume Orejuela y Lawrence Carroll. Éste último dedicó al president del Govern, José Ramón Bauzá, una revista que formaba parte de la colección In the world I live: «Vives en una joya», apuntaba. Allí, Bauzá remarcó que la importancia de «la colaboración público-privada sólo nos puede dar buenas noticias», y los galeristas retirados Joan Guaita y Bernardo Rabassa apostaban por un evento «inclusivo, de colaboración del sector, y más en estos tiempos» decía el primero; «sobre todo si se trata de una acción cultural para la ciudad», añadió el segundo.

En la Sala Pelaires, la muestra colectiva Synopsis anexaba artistas clásicos contemporáneos y otros más actuales, con algunas piezas interesantes. El itinerario seguía por Sant Nicolau con banda sonora de Sumi-e Jazz Quartet. El CCC Pelaires albergaba The ideal saloon wall, un popurrí de obras del fondo de la galería. Con Permiso de residencia, La Caja Blanca fue anfitriona de Murad Khan Mumtaz, que ofrecía una visión del paisaje mallorquín a partir de los relatos de historiadores. También de Yara El-Sherbini, que recrea, entre otros aspectos, la Alemania contemporánea.

Mientras tanto, U Jazz Quartet reunía a decenas de viandantes en el Passeig del Born. Los dos conjuntos fueron la única presencia musical del día ya que la Simfònica canceló su actuación en Bellver acusando la meteorología adversa.

El italiano Mauro Ceolin, desde la galería SKL, descubría su estudio de la evolución cultural paralela a la biológica en Rapporti di Rapidità. En la galería Horrach Moyà se presentaba una muestra colectiva en la que, entre otros artistas, Susy Gómez desdibujaba las funciones que tienen los secadores quemándolos a 250 grados.

En definitiva, un Art Palma Brunch un tanto frío, como el día, que bajó en calidad y cantidad en relación a 2012.