En el stand del IEB se expuso la muestra ‘Herois’, de dibujantes mallorquines que trabajan para USA. | Carles Domènec

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«Está siendo nuestro mejor año», aseguraba ayer Vicente García, editor de la mallorquina Dolmen, en la última jornada del 31 Salón Internacional del Cómic de Barcelona, Ficòmic. El stand que el Institut d'Estudis Baleàrics (IEB) dispuso este año estuvo ocupado mayoritariamente por los 185 títulos, de unos 600 en catálogo, de Dolmen.

El éxito de ventas contrasta con los cierres de la revista Esquitx hace un mes, la editorial Inrevés hace más de un año y Recerca hace cuatro. En el stand, lleno de aficionados los cuatro días del salón, se pudieron ver también las publicaciones de Óscar Martín en Ominiky.

La exposición Herois. Els autors de les Illes Balears al Mainstream americà, comisariada por Juan Roig y con un catálogo editado por el IEB, permitió ver fugazmente el primer día a sus autores, Paco Díaz, Guillem March y Tomeu Morey, que trabajan para el mercado americano con Marvel y DC Comics. A Morey se le vio muy atareado, en la sala de prensa, terminando la última serie sobre Superman. El salón precisamente recordó con una exposición los 75 años de la primera historieta del apuesto superhéroe.

De los consagrados de la viñeta producida en Mallorca se vio a Max, firmando en el stand de La Cúpula, donde ha editado el álbum Vapor, por el que estuvo nominado al premio a la mejor obra de autor español que se llevó Miguelanxo Prado. No obstante, estuvieron ausentes dibujantes habituales de ediciones anteriores, como Pere Joan, que sacará un nuevo álbum después de verano que será «una mezcla de cómic y libro de ideas», Àlex Fito o Tomeu Seguí, ocupado en la segunda parte de Històries del barri con Gabi Beltrán y en Las manos oscuras del olvido con Felipe Hernández Cava que versará sobre el terrorismo y sus víctimas, ambientado en la actualidad.