A base de retazos de memorias, Carme Riera (Barcelona, 1948) ordena su infancia hasta los diez años en Temps d’innocència (Edicions 62, en catalán, y Alfaguara, en castellano), obra que presentó ayer en la librería Embat (Palma). Un ejercicio proustiano para que su nieta, Marina, conozca –en cuanto sepa leer– una Mallorca distinta a la que se encontrará. Son estampas de cuando la costa aún no había sucumbido al cemento, los productos autóctonos nos abastecían y la naturaleza era omnipresente. Aunque era una época en la que «casi todo estaba prohibido».
«A la generación de ahora le falta voluntad por cambiar el mundo»
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2 comentarios
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També era més evident que calia canviar el franquisme, molt més que no el sistema actual. Una dificultat suplementària, crec, per la mobilització.
le recuerdo a esa sra que menos mal que huele a turista,pues de eso la gran mayoria vivimos,vaya tonteria enorme ha dicho esa sra