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Acabada la sección literaria, por la que han pasado grandes nombres como Eduardo Mendoza o Clara Usón, ayer fue el turno de la música. La protesta de la Orquestra Simfònica implicó que la dirección del Festival de Pollença tuviera que encomendarse a un sustituto que estuviera a su altura.

El elegido fue el violinista Ara Malikian, quien actuó anoche en el Claustro del Convent de Sant Domingo, acompañado por la Orquesta en el Tejado. El músico libanés, que ya ha participado en el festival en anteriores ocasiones, reconoció que tenía dudas «sobre si actuar o no por solidaridad con la Simfònica», pero definitivamente recalcó que tocando «es una manera reivindicar su huelga. La cultura debe ser lo último que se recorte».

Junto con la Orquesta en el Tejado, Malikian interpretó Divertimento en Re mayor , K 136, de Mozart; el Concierto en la menor para violín y orquesta, BWV 1041 de Bach y las Cuatro estaciones porteñas , de Piazzolla, en versión de Humberto Armas, así como repertorio propio de la formación de cámara gestada hace ahora seis meses. «Es muy enérgica, un proyecto que está funcionando muy bien», apuntó Malikian. Entre sus peculiaridades, destaca que es una orquesta sin director.

También, según explicó el violinista, «no tocamos sentados, nos movemos, en lugar de esa actitud tan seria y solemne de las orquestas habituales. Nos divertimos mucho».