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El Museu de Mallorca ya dispone de «la sede que merecía», equipada, acondicionada y adaptada a las necesidades actuales. Para ello han sido necesarios más de 18 meses de trabajos y un presupuesto de tres millones de euros, que tuvo que ampliarse con una partida complementaria de 359.000, aprobada el pasado junio, para sufragar la impermeabilización del patio. Está previsto que este mes se recepcione la obra. Ahora sólo resta limpiar.

La visita a las instalaciones, totalmente renovadas, muestra la habilitación de «más salas expositivas, un circuito ordenado, climatizado, ahora sin barreras arquitectónicas y con un pavimento unificado», según detalla el arquitecto Pere Rabassa. En la planta principal se encuentran importantes novedades, ya que el museo reabrirá sus puertas -aún sin fecha- con cafetería, sala didáctica, sala de actos, tienda y nuevos aseos. La remodelación continúa con un espacio expositivo «entorno al patio», que luce nueva carpintería.

En la planta noble se han eliminado niveles incómodos, se ha restaurado y limpiado todo el material histórico, al igual que en la tercera planta. Rabassa apunta que se ha mejorado la iluminación, el sistema contra incendios y destaca que se ha impermeabilizado toda la cubierta aprovechando buena parte de las tejas ya existentes.

El Museu de Mallorca dispondrá de mejores instalaciones también para los trabajadores, se han rediseñado las oficinas y habilitado una biblioteca junto al archivo fotográfico, de metales y papel. El museo ya está listo, ya está «en buenas condiciones» para recibir sus más de 5.000 piezas que desde finales de 2011 se custodia el Centre de Cultura Sa Nostra y en Son Tous, pero «Madrid tiene que elaborar el proyecto museístico», comentó Rabassa.

Arqueología

Uno de los trabajos más importantes se ha llevado a cabo en la planta sótano. Explica el arquitecto que se ha diseñado todo un recorrido y que, en un futuro, incluiría también la zona arqueológica. Rabassa explicó que está pendiente de que se habilite un presupuesto para el acondicionamiento de los restos, y la elaboración de la memoria. Por ello, se ha previsto un recorrido alternativo. En esta zona del museo se ha trabajo intensamente en la impermeabilización y aislamiento del suelo para «evitar humedades».

Valora el arquitecto que las instalaciones del Museu de Mallorca se encontraban en muy mal estado. Después de la rehabilitación, y con la mejora de las instalaciones durante la pasada intervención de urgencia, el centro ha rejuvenecido y está a la altura de su contenido.