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Mateu Llobera (Pollença, 1923) es de esos artistas que ha vivido para pintar, lo confirma una extensa obra que cerró hace diez años. Dos décadas después de su última exposición, la galería Vanrell de Palma (Tous i Maroto, 1) rinde homenaje a la trayectoria de este artista, «último exponente de la escuela pollencina», con una muestra que revisa la temática y los diferentes soportes en los que trabajó el pintor. Se inaugura hoy, a las 20.00, y se podrá visitar hasta el próximo 4 de febrero.

La propuesta reúne material de «diferentes épocas, temáticas y soportes», en las que se observa también la influencia de los expresionistas alemanes, pero sobre todo de los post impresionistas. Relacionado con Tito Cittadini, Dionis Bennassar o Anglada Camarasa, la obra de Mateu Llobera destaca por «un especial tratamiento del color, era un colorista, el color era su signo de identidad», cuenta su hijo, Bernat Llobera, «encantado» por esta exposición-homenaje que ratifica la importancia que tuvo la figura en su obra y también ese gusto «por lo grotesco de los expresionistas alemanes», añade. En Palma se podrán ver unas cuarenta obras, una selección de pintura sobre lienzo, tabla, vidrio o cartón, en las que plasma marinas, interiores, bodegones y, especialmente, escenas de la vida cotidiana, Pollença y sus paisajes, y sus personajes.

La obra de Llobera volverá a verse en Mallorca después de veinte años, porque «mi padre fue siempre muy celoso de su trabajo». Pese a ello, realizó numerosas exposiciones en Palma, pero también en Suiza, Italia, Alemania o Estados Unidos.