Talía del Val e Ignasi Vidal, que interpretan a Cosette y Javert, en el Passeig Marítim de Palma.

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Reprocha a cualquiera que califique a Javert como el malo de Los Miserables . «Es un apelativo tan esquemático, lacónico, que no le hace justicia a un personaje tan complejo», espeta Ignasi Vidal. «En realidad, quien encarna la maldad en el estilo clásico de la palabra es Thénardier. Javert (Vidal) es un servidor de la ley que hace una lectura muy restrictiva de la misma», prosigue un intérprete elocuente y de discurso avezado.

En la entrevista le acompaña Talía del Val, responsable de Cosette, con quien ya compartió escenario anteriormente: él fue Bestia y ella, Bella. «Este -refiriéndose a Los Miserables - es el mejor dentro de nuestra profesión, la historia pasa delante de tus ojos», señala Del Val sobre la producción que se despide del Auditòrium este domingo.

Que Victor Hugo ejerciera de visionario al crear esta novela en 1862 lo constata Ignasi Vidal. «Nos presenta cómo va a ser el mundo en el futuro, se dan una serie de circunstancias que hacen que esos personajes que tratan de mejorar estén enfangados y no puedan hacerlo. Unos por falta de amor, otros por falta de justicia, de comprensión, de una familia o de medios».

El autor de Los Miserables construye una frontera entre un mundo viejo, «anquilosado» y otro más justo que va a amanecer con más luz. Ella, Cosette, será quien aporte ese halo de esperanza y fulgor. Talía del Val superó «uno de los cásting más difíciles, tenía la sensación de que la productora buscaba, más que un color de voz, algo de tu personalidad».

En el caso de Ignasi Vidal, Stage Entertainment intuyó «una personalidad enfermiza a la hora de afrontar el trabajo», admite el actor. «Y así es Javert, súper cabezón», apunta Del Val.

Trabajar

«Estoy constantemente poniendo en duda lo que hice ayer, es una manera de trabajar que te induce al error muchas veces porque te pasas la vida probando. Además, como detesto el elogio, porque confunde, nunca me fío de la gente que me dice que está bien, sólo de quien ha visto algún error en lo que hago», subraya Vidal, antes de asegurar que agradece que reconozcan su labor, «significa que la persona ha recibido algo, pero el elogio es la tumba del artista».