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La programación de la Revetla genera críticas desde hace ya varias ediciones.

El cartel se ajusta en función del presupuesto y, últimamente, en escasas ocasiones satisface al público.

«Me parece un cartel muy flojo (con algunas honrosas excepciones), aunque no me sorprende. Cada año va a peor», sentencia contundente Sebas Rosselló, de la discográfica Primeros Pasitos y codirector del Solar Fest.

«Si bien algunas de las propuestas locales levantan el nivel, creo que el cartel en general sigue la línea de estos últimos años: nombres sin ningún tipo de interés ni vigencia». Joan Cabot, periodista y componente de Lost Fills y F/E/A, se remonta a la legislatura de Aina Calvo, como alcaldesa, y Eberhard Grosske, en el área de Participació Ciutadana, para contextualizar el periodo en que la Revetla empezó a zozobrar.

Una visión dispar la proyecta Tomeu Canyelles, historiador y miembro del grupo Marasme. «El cartel, con sus luces y sombras, es correcto. Cumple ofreciendo bastante variedad y, además, apostando por el producto local: La Granja, L.A., The Wheels, Son & The Holy Ghosts...».

Quien aplaude, también, la destacada presencia de formaciones locales es Miquel Àngel Sancho, propietario del sello Blau/Discmedi, que opta por que las fiestas no se reduzcan a la verbena de la Revetla.

Ferran Pereyra, crítico musical, opina que hace tiempo que «la apuesta municipal deja mucho que desear» y agrega que esta velada no es la única que ha bajado en calidad.

El promotor Toni Rubio se muestra contrario al procedimiento de Cort a la hora de armar el cartel de Sant Sebastià. «No puede ser que un concurso público esté abierto a las propuestas de todos los ciudadanos que lo deseen. La cultura en Palma no se toma en serio. Las propuestas sólo deben ser elegidas entre las presentadas por las diferentes empresas que trabajamos los 365 días, todo lo demás es intrusismo».