El montaje arranca con Guillem d'Efak y una grabación de marzo de 1965, primera referencia discográfica de Concèntric, sello pionero del pop catalán. «El blues de Guillem d'Efak supuso una forma de hacer revolucionaria», explicó el comisario de la muestra, Lluís Gendrau.
Con ese espíritu de interacción entre artistas de distintas disciplinas, aparece la ilustración que el artista Joan Miró regaló a Raimon para la portada de su álbum Cançons de la roda del temps, o un ejemplar del disco Vou-veri-vou per no dormir (1997) de Biel Majoral, con una portada pintada por Miquel Barceló.
Un embalaje para ensaimadas, ilustrado por Vicenç Sastre y diseñado por Raphael Pherrer, se expone como envoltorio del álbum titulado Desnormalització (1986). Entre los retratos fotográficos destacan los de Toni Catany a Maria del Mar y Joan Ramon Bonet, realizados en 1971 y 1968, respectivamente, y a Remei Margarit, en 1967.
La exposición está dividida en las secciones rock, folk, pop de autor y psicodelia. Se recuerda la obra de figuras como Lluís Llach, Joan Manuel Serrat o Maria del Mar Bonet. En el recorrido por las salas de la exposición se escuchan más de 200 canciones y se incluyen 160 videoclips. El diseño gráfico y la iconografía pop son dos elementos fundamentales. En una habitación, el espectador descubre vestidos y chaquetas de artistas como Loquillo o Albert Pla.
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