«Con la nostalgia hay una regla no escrita que dice que detestamos lo que procede de la década inmediatamente anterior a la nuestra, pero admiramos lo que sucedió hace dos. Por eso a principios de siglo estaban tan de moda los 80, y ahora lo que se lleva son los años 90», explica Ivan Bort, profesor en el Centre d'Ensenyament Superior Alberta Giménez (CESAG). Es una regla no escrita, pero que este año parece verificarse con el retorno de tres clásicos de la televisión de los años 90: Expediente X, Madres forzosas (spin off de Padres forzosos) y Twin Peaks. Si bien es cierto que esta última, por problemas de producción, ha sido finalmente retrasada a inicios de 2017. Todas ellas crearon escuela en su día, y ahora regresan para hacer las delicias de los más melancólicos.
«Al fin y al cabo, se trata solo de eso, de echar de menos algo que marcó un momento concreto de tu vida y que de golpe te lo vuelvan a servir. De las tres que vuelven este año, creo que la que más abusa de eso es Madres forzosas», comenta Jorge Pérez, investigador especializado en televisión. «Padres forzosos ya era una serie mala en su día, pero tenía una base de fans muy amplia. Al recuperarla, Netflix lo que ha querido es apelar a esos fans porque, al final, no va a ser todo House of cards», apunta. Para Javier Matesanz, coautor de libros sobre televisión como Uno más en la familia, este sentimiento de nostalgia es un error. «El fallo es querer rehacer las series, en lugar de simplemente recuperar las originales. Hollywood está avanzando una barbaridad a nivel técnico, pero le hacen falta ideas», lamenta.
Lo que sí genera la vuelta de estas series es una mezcla de ilusión y recelo a partes iguales. Los seguidores no quieren que el buen recuerdo de sus series favoritas se vea estropeado, pero, al mismo tiempo, sienten un deseo irrefrenable de ver a los protagonistas en acción una vez más.
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