Según ha informado el Consell de Mallorca en un comunicado, esta iniciativa incluye actividades de teatro, música, gastronomía, charlas o reproducciones arqueológicas que han sido organizadas por la Asociación de Amigos de na Galera. Estas noches culturales tendrán lugar en el Club Náutico de Can Pastilla.
Herederas del espíritu dinamizador del Festival Antigua Mediterránea celebrado en Can Pastilla en mayo de 2015, esta iniciativa busca ofrecer una fiesta de cultura, descubrimiento y entretenimiento en un formato de dos jornadas, casi coincidentes con las dos lunas llenas del verano.
Así, incluye visitas a sa Galera, una ruta de pinchos púnicos y romanos en la que participan ocho restaurantes, así como otras actividades de artesanía, reproducciones arqueológicas o un mercado de libros, entre otras. Además, la mayoría de estos actos contarán con traducción al inglés.
Los restos arqueológicos del islote de sa Galera datan de los siglos IV e II antes de Cristo, cuando los navegantes fenicio-púnicos, desde Cartago o Ibiza, dominaron el Mediterráneo y establecieron en los islotes próximos a la costa de Mallorca factorías y puntos comerciales en los cuales intercambiaban productos con los habitantes de la isla o contrataban los famosos 'foners' de Baleares.
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Una estafa. No hubo nada de lo que anunciaron con tanto bombo (ver página del Consell, copio literalmente: " Visites i travesses a sa Galera, una ruta de pintxos púnics i romans, teatre, música, tallers, xerrades i un mercat de llibres, artesania i reproduccions arqueològiques, entre d’altres, formen part del programa d’activitats que tindrà com a seu el Club Nàutic de Can Pastilla. Una oferta oberta també al públic visitant, ja que la majoria d’actes tindran traducció a l’anglès". Ni ruta de pinchos, ni artesanía de ningún tipo, ni visitas a Sa Galera ni de ningún tipo, ni música, "talleres" reducido a una muestra de tiro con honda sin tiro con honda, ¿teatro? No. ¿Libros? Apenas, y sin luz para verlos, vaya muestra patética. Reproducciones tampoco vi nada. Allí había unos pocos tenderetes encerrados entre dos parkings: uno de barcos y otro de coches. Me dio lástima por los tres o cuatro feriantes. Pobrecitos.