«Los siglos tan oscuros empiezan a dejar de serlo». Lo comenta el historiador Josep Amengual, experto en la antigüedad, en referencia al momento de la ocupación bizantina en Mallorca, entre el VI y VIII después de Cristo, tras la investigación de 39 anillos y un pie de candelabro procedentes del Castell de Santueri, trabajo que se publicará en los próximos días.
Los libros de historia que dedican «dos líneas» a la de Balears en dicha época, como la de Menéndez Pidal, pronto tendrán que ir cambiando su contenido. Las nuevas aportaciones, que firman Rosa Maria Aguiló, conservadora del Museu de Mallorca, y Joana Gomila, historiadora del arte, confirman que «en las Islas había un tipo de autoridad media, una cierta administración, una población, unas relaciones con el exterior, con el Imperio Bizantino», insiste Amengual, quien ha colaborado con las citadas investigadoras.
Este material arqueológico no fue extraído en Santueri mediante una excavación y con método, sino con un detector de metales por un suizo llamado Spillmann. Las excavaciones arrojan mucha cerámica, fácil de identificar en el tiempo y en procedencia, que sirve para situar en un contexto los restos arqueológicos. Como no ha sido el caso, las investigadoras se vieron obligadas a analizar paralelos de otros lugares por la forma, la iconografía o las inscripciones.
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