‘Emotional tourist’ es uno de los debuts más categóricos del pop balear. | Óscar Lafox

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Si tras escuchar a Wagner, a Hitler le entraban ganas de invadir Polonia, con Maico te envuelve un deseo de bailar y reír, embriagado por una euforia que capacita para cualquier empresa. Sus canciones poseen la misma magia que bendice a Coldplay o Maroon 5, pero también están capacitadas para explorar el tormento y la agonía interior con el bisturí de Radiohead o Muse. El próximo 24 de marzo el quinteto mallorquín pondrá en circulación su LP de debut: Emocional tourist.

‘Habemus banda’. Es la frase que sobreviene tras una primera escucha. Su álbum es un catálogo de magia emocional, derramado sobre un puñado de canciones que contienen las esencias del pop de siempre, aunque con el reloj fijado en 2017. «Emocional tourist es un recopilatorio de lo mejor que hemos compuesto en nuestros tres años de vida», afirma Nito, guitarrista del conjunto balear. Por su parte, el vocalista Miguel Barceló añade que «cada canción es una propuesta para viajar a un estado emocional distinto».

Y esas canciones, intensas y elegantes, resaltan las virtudes de cada componente de Maico, que son muchas, sobre todo su talento para componer pequeñas joyas del género. «El disco es muy rico y variado, no nos ponemos barreras estilísticas», subraya Nito. Esa «diversidad» es, según Barceló, el secreto de un trabajo con el que cualquiera «puede sentirse identificado».

Para lograrlo, se aferran a la fórmula de menos es más: «Dos notas con sentimiento siempre vencerán a 200 perfectamente ejecutadas pero carentes de emoción», reflexiona Nito. Barceló incide en ese concepto reduccionista: «Eleanor Rigby, una de las canciones más conocidas de The Beatles, solamente tiene dos notas».

Quien les haya visto en acción sabrá que sobre las tablas, bajo el haz de luz, es donde explotan con mayor intensidad sus argumentos. «El feed back con el público nos da 100 caballos más de fuerza», reconoce Nito. Para Barceló, el contacto con el público «es la razón de todo lo demás, allí es donde se ve realmente lo que es Maico».