La noche del cine español celebró las reivindicaciones feministas de las mujeres con abanicos de color rojo donde se pedían «#MASMUJERES» en las películas y zapatos planos contra «la tiranía de los tacones», que lucieron actrices como Maribel Verdú, Leticia Dolera e Itziar Castro.
Pero fueron ellas, Penélope Cruz, Isabel Coixet y Carla Simón, quienes se «mojaron» las primeras en la alfombra roja y accedieron a ser fotografiadas con los abanicos.
«Los abanicos son una manera fácil y directa de decir que hacen falta más mujeres en los puestos de mando», ha dicho Coixet, que no solo lució uno, sino que los repartió entre los invitados.
Cierto es que los abanicos que la Asociación de Mujeres Cineastas (CIMA) repartieron entre los asistentes a la 32 edición de los Goya como símbolo de su campaña contra el machismo en el cine y para reclamar una mayor presencia femenina en el cine español, llegaron tarde pero lograron que todo el mundo preguntara por ellos.
Reflexiones a pie de alfombra de los invitados e invitadas, muchos de los cuales pedían inmediatas y abundantes medidas de discriminación positiva «al estilo sueco», como el nominado Paco Plaza para quien «salta a la vista» el bochorno de las cifras: Solo el 7% de las películas corresponden a mujeres.
«Es una injusticia histórica que merece reparación», decía Plaza.
Un feminismo que parecían tener más claro los jóvenes actores «milenials», desde los candidatos al Goya Eneko Sagardoy y Santiago Alverú a los «televisivos» Álvaro Cervantes y Ricardo Gómez, quienes pedían medidas que ayuden a la igualdad «ya».
«Piensan así porque son nuestros hijos», comentaba la «cincuentona» Anne Igartiburu, convencida de que la pelea por el reconocimiento de la mujer en todos los ámbitos tiene que contar con ambas partes.
«Habría que empezar por hacer cosas pequeñas, luchar contra los micromachismos», abundaba Álvaro Cervantes, mientras Paco León iba más lejos: «No hay una lucha entre hombres y mujeres, sino de machismo y feminismo».
A juicio del presentador, Joaquín Reyes, esta desigualdad se debe a que «los intereses del cine giran en torno al hombre. Son estereotipos que no benefician a las mujeres y que deberían ir cambiando», decía, mientras la «estrella emergente», Julita Salmerón, protagonista de «Muchos hijos, un mono y un castillo» resumía con un: «Ya era hora».
«Las mujeres somos más rápidas, más inteligentes, más sacrificadas, y yo siempre he sido la súper reina de mi casa porque mi marido me lo ha permitido», ha rematado, mientras su hijo Gustavo, director de la cinta, reclamaba igualdad en los salarios, «por empezar por algo».
Noche de reivindicaciones que no ha evitado el glamour de los vestidazos con pedrería, escotes de vértigo y «stilettos» estilosos, aunque es cierto que hubo más esmóquines, llevados por mujeres y por hombres, e incluso algunos con los dibujos del diseñador Ernesto Artillo, «la mujer que llevo fuera», sobre todo entre la prensa que hacía conexiones en directo.
«Necesitamos un cambio radical y transversal, de tantas disciplinas, además de los contenidos», reivindicaba la directora Paula Ortiz.
«Merecemos nuestro hueco. Las iniciativas, todas, requieren mujeres, pero mientras lo político y lo industrial sea masculino...», resumía la directora de «La novia», sin cerrar los puntos suspensivos.
Los políticos Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Alberto Garzón lucieron los abanicos rojos; también estuvieron en las fotos Cristina Cifuentes, Manuela Carmena, Albert Rivera, Pablo Echenique y Marta Rivera de la Cruz, pero sin abanico.
5 comentarios
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Y de las presentadoras modelo de la secta..bein sports y demas canales..no protestan porque son muy wapas y las menos afortunadas no tienen cabida?. Aun no he visto una presentadora fea en las televisiones
Caraduras en acción!
Nunca me ha gustado ni nunca me gustara la repelente PE.
Subvención, corrupción, subvención a los de la miserable ceja zapateril. Dinero tirado para hacer el cine más vulgar y hornera. Eso sí, rojos millonarios con nuestro dinero, público.
... todo esto estaría muy bien si no fuera porque resulta a la vez patético comprobar que no sale de nuestro mundo del cine patrio, sino que es una COPIA de lo que está pasando en Hollywood, una imitación, un déjà vu, penoso...