Emma Ozores y Juan Anillo, ayer, en el Auditòrium de Palma, presentando el espectáculo. | Carlos Echevarría

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¡El último que apague la luz! es una expresión que usaban en Alemania los que cruzaban de un lado al otro cuando existía el muro de Berlín y en Argentina cuando los inmigrantes salían del país. Es una frase irónica para tomar con humor situaciones difíciles, que sintetiza muy bien el espíritu de la obra que se puede ver en el Auditórium de Palma desde este jueves hasta el 23 de septiembre, a las 21.00 horas.

El espectáculo es una comedia escrita por el ya fallecido Antonio Ozores y protagonizada por Emma Ozores y Juan Anillo. En un solo acto, la obra persigue «hacer reír y que el público desconecte de sus preocupaciones durante la función», explicó Ozores.

Química

En esta octava temporada, –la pieza lleva en cartel «desde 2005 por lo menos»–, han fichado al actor Juan Anillo para acompañar a Ozores sobre el escenario, con el que ha descubierto que tiene una «conexión especial, que nunca antes había sentido con un actor». Es la primera vez que el espectáculo sale de Madrid y, dado el éxito que allí a tenido, «pensamos que que sería bueno compartirlo fuera», aseguró Ozores.

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La función ha sido galardonada con varios premios nacionales como el Ojo crítico a Emma Ozores como mejor actriz o el Premio nacional a mejor comedia en 2010; e internacionales como el de mejor comedia en el Festival Internacional de Edimburgo y en el Midtown International Theatre Festival de Nueva York.

El espectáculo se mantiene tal y como lo escribió Antonio Ozores. «No hemos cambiado nada; mi padre me decía que si se me ocurría algo gracioso, ya lo habría pensado él antes», comentó la actriz.

Según Anillo, «esto es teatro de verdad: actores, texto y público, sin grandes escenografías». El espectáculo se compone de diferentes sketches que refleja la vida cotidiana como los celos en la pareja, la infidelidad, padres primerizos, la monotonía en la pareja o el desamor, en clave de humor.

«Es una obra ingeniosa, nada improvisada, que combina el surrealismo de una pluma excepcional como la de Antonio», explicó Anillo. «La gente sigue riéndose con lo mismo, consigue poner de acuerdo a varias generaciones», concluyó.