Miles de personas salieron este sábado a las calles de Palma para disfrutar de la Nit de l'Art. | P. Pellicer

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Una programación «más arriesgada», con la gran protagonista de otras ediciones, la pintura, dejando paso a disciplinas «más innovadoras» como la instalación, la performance, la fotografía. El vigésimo segundo asalto de la Nit de l’Art, que organiza la asociación Art Palma en colaboración de las instituciones, recibió este sábado una respuesta masiva del público.

Fue una velada que arrancó pronto, sin grandes aglomeraciones, pero con un vaivén continúo de personas. Una masa con ‘sed de arte’ que disfrutó en Ciutat de la gran fiesta de la creación contemporánea, bañada por las más de una veintena de propuestas de la programación oficial, que este año se fundió con una programación Off que también fue a más.

Fue una Nit de l’Art marcada por algún que otro giro en las preferencias del público. La calle Verí, famosa por su glamour, notó la ausencia de la galería La Caja Blanca, pese a que el Centre Cultural Contemporani Pelaires, con su colectiva The cave wall was always there, atrajo a numerosos curiosos, entre ellos, al actor Joseph Fiennes, inolvidable protagonista de Shakespeare in love y del fenómeno televisivo El cuento de la criada. El gentío se palpó más en la calle Sant Feliu, la nueva milla de oro de la ciudad, con espacios como Kewenig y Gerhardt Braun, a reventar.

Mientras, el presidente de Art Palma, Frederic Pinya, y responsable de Pelaires, celebró que «el balance es muy positivo, los mallorquines se han volcado y se han tirado a las calles un año más, el ritmo es muy interesante». Los galeristas «decidimos aprovechar la Nit con propuestas más transgresoras para mostrar lo que se está pasando en este momento en el arte contemporáneo».

Tradición

Pese a los cambios, hay cosas que permanecieron intactas, como la inauguración oficial y ‘política’, a primera hora, en el Casal Solleric. La comitiva política, con la presidenta del Govern, Francina Armengol, acaparó los flashes, aunque también lo hizo su ‘rival’, Gabriel Company, un duelo que salió del Parlament para sumarse a esta celebración a puertas de la ‘temporada electoral’.

Armengol, junto al alcalde de Palma, Antoni Noguera; la vicepresidenta del Govern, Bel Busquets; la consellera de Cultura, Fanny Tur, entre otras autoridades, visitaron las exposiciones de Mateo Maté (Canon), Mònica Fuster (Oleo), Nauzet Mayor (How do you see yourself) y una colectiva en torno al arte digital. «Estamos ante la mejor Nit de l’Art de la historia», expresó un exultante Noguera.

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Cerca de allí, en el Centre de Cultura Sa Nostra, las caras del Consell de Mallorca desvelaban Mata Ombres, una muestra colectiva organizada por la institución insular y la Fundación Vicente Ferrer, y otro exposición de Projecte Home. Además de arte, sonaron las voces, en el patio, Cor de Dones de la UIB.

Muy cerca, en la sala multiusos de La Misericòrdia, se vio el trabajo de las galerías de la Part Forana [Espai d’Art 32, Dionís Bennàssar y el CCA Andratx], así como Brunet inèdit, en su caso, en la Capella del edifico.

Novedades

Una de las novedades de esta edición de la Nit de l’Art fue la inclusión de dos nuevos escenarios: Can Balaguer y el Museu de Mallorca. En el primero, la fusión de música y arte de Carles Congost & Josep Xortó, primero, y de Albert Pinya y Joan Miquel Oliver, algo más tarde, sirvió de imán, ya que en el casal de la calle Unió no cabía un alfiler. En el museo de la calle Portella, por su parte, exhibió una exposición de Horacio Sapere, un diálogo de sus piezas con las del centro.

El resto de espacios ofrecían una estampa parecida, numeroso público, muchos selfies y, sobre todo, alegría entre los galeristas. En la galería Vanrell se pudo ver la obra de los colombianos J.J. Molina y Mejia-Guinand; Grip Face y José Luis Puche arrollaron en Pep Llabrés Contemporani y Xavier Fiol, respectivamente, Carla Arocha y Stéphane Schraenen encandilaron a los asistentes; Fran Reus sucumbió al trabajo de Isaac Lythgoe y Julià Panadès, y Ángela Bonaides hizo lo propio en Addaya, con base en Alaró, que participó por primera vez anoche con su nuevo espacio en la calle Caputxines.

Algo más lejos del centro de Ciutat, en la galería 6A invitó a un viaje a la creación de los años 80 una colección integrada por obras de Magí Baleta, Luis Claramunt, o el reciente y tristemente desaparecido Miguel Ángel Campano, fallecido a principios del pasado agosto. La fiesta sonó también en la sede del Col·legi Oficial d’Arquitectes con la música de Victòria Quingles, así como en Es Baluard, Caixafòrum y la Miró Mallorca Fundació con sus propuestas.

Fue una velada triunfal, con miles y miles de personas en las calles. Todo el mundo parecía satisfecho: galeristas, artistas, políticos y, sobre todo, el público. La Nit de l’Art es ya una ‘verbena’ del arte, aunque vistos los resultados, ese hecho no parece importarle a sus protagonistas.