Cerca de dos centenares de creaciones de Barceló, en concreto, un total de 196, son las que han participado en subastas desde mediados de los años 2000. Entre todas ellas, más de cien (111 piezas) encontraron comprador, mientras que un total de 77 no lo hallaron y no fueron vendidas –lo que corresponde a un 38,5 del total–: del resto, algo mas de una decena, no se comunicaron datos concretos.
«En el caso concreto de Barceló, hay varios grupos de obras que destacan de manera notable sobre el resto y que son las que a nosotros más interesan, que son las tauromaquias y las que reflejan experiencias personales de Barceló en Mali», relata a este diario el experto británico en arte y subastas Edmund Peel, que trabaja a caballo entre Reino Unido y España con su empresa Edmund Peel Fine Art Consulting. Esas dos series «son las que, con el tiempo, han ido incrementando su valor e interés en las pujas, son las que más destacan sin duda, se revalorizan continuamente y son las que más nos han demandado».
Temática
Otra voz especialista en este terreno, el galerista y coleccionista Joan Oliver ‘Maneu', considera que el éxito de las tauromaquias se debe a que «solo hay una decena de estas obras y es una temática que desde el principio fue bien recibida y aceptada por los mercados, y siempre que uno de esos cuadros llegan a una subasta, su valor sigue creciendo». En este sentido, prosigue Maneu, «no creo que Barceló pinte más plazas de toros», aunque «siempre existe el riesgo de que en un momento dado, Barceló decida cambiar de galerista, de estrategia del mercado u otro movimiento similar; yo he conocido a muchos artistas que se han divorciado tres o cuatro veces, y entonces se ponían a fabricar nuevas obras inspiradas en sus series más reconocidas, pero que al final su valor se quedaba en nada».
En esa misma dirección, Edmund Peel considera que Barceló «ya ha alcanzado su top», de momento. «Ya no puede ir a más, quizá sí lo hagan determinadas obras concretas y podría dar una sorpresa, pero me parece muy poco probable que esto ocurra con Barceló, ni con casi nadie en realidad». De hecho, agrega el experto británico, «de lo que no estoy seguro es de que el mercado de arte contemporáneo pueda seguir subiendo».
Sobre el dato de que casi el 40 por ciento de obras de Barceló no encuentre comprador en subasta, «si se hiciera ese mismo examen a Tàpies (1923-2012), sus obras de entre los 57 y 63 son muy buscadas, y se han revalorizado, pero seguramente no ocurra lo mismo con su obra posterior, de finales de los 60, los 70 y 80, mucho de ello no se vende», según Peel.
Una opinión similar comparte Joan Oliver ‘Maneu': «Ocurre con muchos artistas, pero en el caso de Barceló, considero que todavía no tiene lo que se podría llamar una demanda universal, es una demanda relativamente localizada, y supongo que mayormente española; eso va muy ligado a la situación que en cada momento vive el mercado, que puede ser más afín o menos».
Precios
En el listado de las cerca de 200 obras que han salido a subasta, se encuentran algunas cuyo precio estimado de salida es inferior a 10.000 euros, es decir, que están al alcance prácticamente de cualquier coleccionista. Pese a ello, muchas de éstas no se llegan vender. «Son obras de pequeño formato, dibujos sencillos sobre papel», según Maneu. «Encontraría también paralelismos con obra menores, anecdóticas de Miró o Picasso, aunque no con esos precios, pero sí muy inferiores a sus cotizaciones», sostiene Peel.
Otro apunte importante de los datos sobre la cotización en subasta de Barceló es su escasa repercusión en las veladas de subasta en Estados Unidos, donde el creador no terminar de cuajar. «El mercado norteamericano es muy especial, en un momento dado Nueva York quiso tomar el relevo a Londres y París y lo consiguió; entonces, ellos aplicaron, sobre todo, sus métodos para promocionar a sus artistas para salir luego al mercado internacional», cuenta Maneu.
Por su lado, Peel aclara que «ha habido obras importantes de Barceló que se han vendido en Estados Unidos, pero no sé si en subastas; lo que sí me consta es que ha habido compradores de ‘tauromaquias' en Londres que eran norteamericanos». Es decir, «el hecho de que la obra se venda en Londres no implica que no llegue a EE.UU., pero es cierto que en las subastas de Nueva York apenas tiene presencia».
3 comentarios
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Pero alguien es capaz de ver una obra suya sin descojonarse vivo?
Cuando subastan lo que hizo en la Seu. Rápidito para un cementerio y aun.
Un genio en manos de un genial galerista y financiero. No todo es oro molido, hay creatividad, genialidad y algo de locura como todos. Que pena que no se haya enterado todavía que la progresía es una de las mayores mentiras y estafas.