Tony Hadley, exlíder de Spandau Ballet, actuará este viernes en Port Adriano.

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Año 1985. The Communards copaba las listas de éxitos mientras la sociedad se escandalizaba con la actitud abiertamente gay de su cantante, Jimmy Somerville. En el polo opuesto se encontraba Tony Hadley, un adalid de la masculinidad que levantaba suspiros de Londres a Pekín. Su banda, Spandau Ballet, lideraba el sonido new romantic junto a Duran Duran; ambas formaciones mantenían una enconada rivalidad, a la altura de los duelos Beatles-Stones y Blur-Oasis. Treinta y cuatro años después, Tony Hadley –que abandonó el grupo en 2017– cultiva una carrera en solitario que ya alcanza su sexto capítulo: Talking to the moon (2018), un LP que junto, con los logros más significativos de su anterior etapa, repasará este viernes, a las 22.00 horas, en Port Adriano.

Tanto al frente de Spandau Ballet como en su trayectoria en solitario, a Hadley (Londres, 1960) se le considera uno de los líderes espirituales de la new wave británica, un cajón desastre que acomodó a nombres tan efímeros como Limahl o Dead or Alive. Todos ellos vestían de un modo peculiar, basado en una acumulación de capas de ropa rematada por un cardado que ríase usted de Rocío Jurado. En el olimpo de los dioses de la laca, Toni Hadley no pasó desapercibido, en parte por su 1,93 cm de altura, pero, sobre todo, porque junto a su grupo lucían un estilismo más refinado, inspirado en el Hollywood dorado de los 40. Aunque, lo auténticamente revolucionario de Spandau Ballet no fue su estética, sino su facilidad para forjar himnos, los hacían como churros: Only when you leave, Communication, True, Round and round, Throught the barricades... la lista es larga.

Solitario

Hasta 2015, Hadley había compaginado su carrera en solitario con algunas apariciones junto a su banda, pero ese año, tras finalizar una gira con Spandau Ballet la discográfica Universal le ofreció grabar un disco de canciones navideñas (The Christmas Album). Su estupenda acogida le empujó a volcarse en su faceta más personal, que ha culminado con el mencionado LP Talking to the moon, once cortes que abundan en su pop elegante marca de la casa.