La compañía, Canal Productions, acusa en concreto a Chase Robinson de acumular enormes gastos de alojamiento y restaurantes, y de utilizar millones de millas acumuladas por De Niro como viajero frecuente de aerolíneas para viajes personales, apunta la información, adelantada el lunes por la revista Variety.
Según la demanda, presentada el pasado sábado, Robinson fue contratada por el actor en 2008, y promocionada a vicepresidenta de producción y finanzas de la empresa, algo que llevó a que su salario anual en 2019 fuera de 300.000 dólares.
La acusada dejó el trabajo el pasado mes de abril entre sospechas de sabotajes en contra de la compañía, señala el documento judicial, en la que la empresa apunta que rara vez acudía a las oficinas y que pasaba «cantidades astronómicas de tiempo» viendo programas de Netflix durante horas de trabajo.
Detalla, además, que en un periodo de cuatro días en el mes de enero, Robinson vio un total de 55 episodios de la popular serie «Friends», a la vez que pidió comidas y cenas en caros restaurantes que pagó con la tarjeta de la empresa.
«Ver series en Netflix no era de ninguna manera parte de las responsabilidades ni estaba relacionado con el trabajo de Robinson», apunta la querella, que señala que se trataba de una forma de entretenimiento y diversión en horas en las que se la estaba pagando para trabajar.
En total, la denuncia acusa a la antigua empleada de gastar sin autorización más de 21.000 dólares en restaurantes y supermercados, y otros 32.000 en taxis y Uber.
Variety señala que en el correo de renuncia Robinson describió las acusaciones como «ridículas» y redactó una carta de recomendación para sí misma que De Niro se negó a firmar.
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