Llobet pronunció un pregón distinto, en el que hizo partícipes a los presentes, reclamándoles palabras al mismo tiempo que encadenaba palabras, recopiladas entre los asistentes. «Valientes –que no nostálgicas– de una lengua menospreciada, filagranadores de fonemas, inconformistas de narrativas impuestas, [...] afamados de pensamiento crítico, suspiradores de la escritura rosa, defensores de la escritura negra, o roja o verde (con esta id con cuidado que VOX puede causar herida)». La política sobrevoló su discurso e hizo mención a «otras siglas que se destruyen a cambio de una partida en el juego de sillas».
«Las historias son una herramienta imprescindible, absolutamente presente en nuestro mundo contemporáneo. Son una herramienta que nos seduce y repele a partes iguales y este es un largo subtema: la perversión de las historias, la banalización de las palabras, queda para otro encuentro», señaló Llobet. La poeta insistió en que «estamos aquí para celebrar, proteger, sostener, comprometernos a dos conceptos: la creación de un libro y la utilización de una lengua». El pregón era, para Llobet, «una primera página atractiva, directa», para aproximarse «a la lectura, a nuestra lengua».
Esta «gran fiesta», tal y como citó la presidenta del Gremi de Llibreters, Maria Barceló, cuenta con la colaboración de la Fundació Mallorca Literària, con actividades que se centran en los temas de actualidad como el cambio climático o la mujer en las letras. Ningún detalle quedaba al aire, como el cartel, creado por Toni Galmés, autor del controvertido cómic On és l'Estel·la?, «con el queremos expresar nuestro apoyo a la libertad de expresión en cualquiera de sus artes», dijo Barceló.
La presidenta del Consell, Catalina Cladera, alabó la originalidad del pregón de Llobet y señaló que «no debería existir esta Setmana porque significaría que el catalán ya está consolidado y reconocido. Pero se deberá mantener y dirigirla como homenaje a libreros y escritores».
Por su parte, Bel Busquets, vicepresidenta del Consell, apostó por «disfrutar de esta Setmana del Llibre en Català como proceso de normalización». Mientras tanto, Llorenç Carrió, regidor de Educació i Política Linguística del Ajuntament de Palma, abogó por «dejarse llevar estos días por los mejores guías, los libreros».
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