Maribel Quiñones lleva tres décadas enfundada en un personaje que mezcla copla, bolero y jazz.

TW
0

Cultivó la canción protesta hasta transformarse en Martirio, el personaje en el que confluían sus gustos musicales y estéticos, al que le endilgó una peineta y unas gafas oscuras. Desde entonces, el alter ego de Maribel Quiñones (Huelva, 1954) es un referente en la renovación de la copla y el flamenco. Junto a Chano Domínguez, otro artista de raza, deslumbró al mundo con su reinterpretación de las coplas clásicas en el imprescindible Coplas de Madrugá (1996), álbum al que le dieron una vuelta de tuerca en Acoplados (2005). Quince años después vuelven a echarse a la carretera para recordar al gran pianista e intérprete cubano Ignacio Villa ‘Bola de Nieve'. Este sábado día 7 les recibirá el Auditòrium de Palma, a las 21.00.

Siempre ha reivindicado el sur, pero el sur no siempre ha reivindicado a Martirio…
—Al principio hubo gente que no entendió mi propuesta, pero con el tiempo se ha demostrado mi amor por la copla. Hoy me siento querida y respetada en mi tierra, tengo la medalla de Andalucía.

Como explica que sin haber sido una artista estrictamente comercial todo el mundo la conoce...
—En mi carrera nunca ha habido marketing, siempre he llevado las riendas. Pues supongo que he llamado la atención de alguna forma al público, siento que se respeta mi obra.

¿Cómo se llevan Maribel y Martirio?
—Se llevan muy bien porque una enriquece a la otra, una piensa y la otra expone. Al principio la gente se quedó más con la imagen que con lo que cantaba. Ahora la gente escucha mis canciones.

Drama, dolor y corazones rotos se amalgaman en su espectáculo, pero también hay mucho humor, ¿cómo logra congeniarlo?
—Creo que está dentro de mí, barajo el humor y el amor intentando captar la esencia del mensaje de Bola.

¿Con qué se va a encontrar el público que acuda al Auditòrium?
—Hacemos el repertorio completo de Bola, con canciones muy conocidas de bolero filing y toques de nuestro lenguaje: la copla y el flamenco.

¿En la propuesta de Martirio pesa más su imagen o su política creativa?
—Estoy muy pendiente de todo, lo mío es una vida entregada a la música que también contempla la estética, porque me parece importante vestirse bien para subir al escenario.

Afirmó en una entrevista que ha dejado de ganar dinero por negarse a participar en determinados proyectos, ¿eran incompatibles con su dignidad como artista?
—He dejado de ganar dinero participando en cosas que no me interesaban. Para elegir mis proyectos siempre le pido ayuda a mi intuición, no suele fallar.

¿Cree que la industria apoya la música basura?
—Creo que hay una uniformidad a la hora de promover la música pop y el reggaeton, y hay otros géneros estupendos que si no estás atento pasan desapercibidos.

Desinformación, hartazgo o ignorancia, ¿a qué se debe el auge de Vox en Andalucía?
—Creo que hay un poco de las tres cosas. No hay que dar ni un paso atrás en la defensa de los derechos.

Necesitamos más superhéroes de barrio que nunca. ¿Los ve en alguna parte?
—Veo como héroe a todo aquel que se dedica a mejorar el mundo.