Los museos permanecen cerrados a cal y canto desde que el pasado día 14 se decretase el estado de alarma del Gobierno para frenar la expansión del maldito COVID-19. Pese a esta crítica situación, desde los principales espacios expositivos de Palma, como Es Baluard, el Museu de Mallorca y la Fundació Miró Mallorca, siguen trabajando. Lo hacen uniendo «sistemas de teletrabajo y también presencial», y siempre con «servicios mínimos» para que la actividad no se pare en estos equipamientos. Proteger las obras de arte que custodian es otra de las tareas. Lo cuentan sus directores-gerentes: Imma Prieto, Maria Gràcia Salvà y Francisco Copado, respectivamente.
«Lo que está pasando es algo totalmente extraordinario», narra Imma Prieto, responsable de Es Baluard. Allí, «lo primero que hemos hecho es establecer un orden de prioridades, somos un equipo y aunque esté cerrado y se hayan suprimido actividades de educación, talleres, visitas, no podemos dejar de trabajar», prosigue.
A partir del orden que han establecido en Es Baluard, la primera medida es «crear y actualizar contenidos web; de algún modo, queremos compartir los contenidos del museo en todo lo que sean canales de internet, las redes sociales, reformulando y ampliando», sostiene Prieto.
Actualizar
Después, como segundo propósito, «vamos a intentar que estos 15 días, o si son más, para hacer tareas que llevan muchos años pendientes, como por ejemplo actualizar colección con el programa Museum Plus, donde metemos todos los datos y demás información de las obras, es un programa súper útil y permite compartir esos contenidos».
Y en tercer lugar, «queremos mirar hacia el futuro, preparar proyectos, textos, teniendo en cuenta los tiempos que van a venir, miraremos qué tipo de ayudas públicas ofrecen a nivel europeo, porque todo este tema burocrático es complicado». Por otra parte, «tenemos que tener unos servicios mínimos, aunque la mayoría de trabajadores lleva a cabo su trabajo desde casa». Esos servicios mínimos son clave para «cuidar y mantener las exposiciones y la colección, en el sentido de la conservación, de la temperatura...».
Precauciones
La estampa es similar en el Museu de Mallorca, también con servicios mínimos, «siempre tomando todas las precauciones indicadas», y optando también por el «teletrabajo», detalla su directora, Maria Gràcia Salvà.
La responsable de Ca la Gran Cristiana subraya, en todo caso, que «de servicio mínimo estoy yo, pero hay más personal haciendo turnos como administrativos, algún técnico y ordenanzas para abrir, cerrar, poner la alarma...», aclara.
Las redes sociales, como Twitter o Facebook, serán también las herramientas con las que el Museu de Mallorca no quiere dejar de ofrecer información a la ciudadanía, «queremos que el museo siga vivo, que ofrezca contenidos, que no caiga», sostiene su directora. Además, desde este espacio se han sumado a la iniciativa del Consell de Mallorca #ElsMuseusaCasa, en su caso, con la etiqueta #MuseuDeMallorcadesdeCasa. «La gente podrá ver obras de la colección, haremos unos vídeos a modo de visitas», matiza Salvà.
Decisiones
«Intento transmitir la calma a los trabajadores de la mejor manera posible, las circunstancias son extraordinarias y cambiantes, así vamos tomando decisiones». Son palabras de Francisco Copado, director-gerente de la Fundació Miró Mallorca.
En este centro de la calle Saridakis de Palma, el sueño de Miró, se sigue trabajando «con la mayor normalidad posible», continúa Copado, con parte del personal «trabajando desde caso» y «la otra aquí, de manera presencial, vamos turnando ambas opciones y siempre intentando que aquí, físicamente, haya el menor número de personas posible». También, en este caso, las redes sociales y la web serán «clave» para que la Miró siga «viva».
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No s'hi parla d'un museu, el més important pel seu fons contemporà, la Fundació Joan March.