¿Feliz de poder volver a dirigir a la Simfònica?
— Y de tener la oportunidad de tocar otra vez. La labor de la Orquestra es fantástica por asegurarse de que la música viva en las Islas. Sé que han hecho tantísimos conciertos y fue la primera de España y una de las primeras de Europa en volver. Esa labor es de agradecer porque los músicos lo que quieren es tocar, y si ha de ser con mascarilla o mampara para poder volver a estar con el público, pues adelante.
Es un concierto con un componente didáctico, ¿no es así?
— Es fundamental que se presenten conciertos de este tipo, familiares y entretenidos, con narración. Así se lleva de la mano al público a través de una figura trascendental como es Beethoven y algunas de sus influencias, como Haydn o Mozart. Además, estrenamos en directo por primera vez una obra de Iain Farrington, que solo se ha estrenado virtualmente y adapta melodías de Beethoven al siglo XXI, con toques de folk y jazz.
Usted siempre destaca la labor social de la música, ¿está más de relieve que nunca este año?
— Nos hemos cobijado en el arte en estos momentos difíciles y crueles como estos. Se puede aprender de la cultura, que a veces surge como una respuesta a los momentos sociales, como Beethoven, que compuso obras en respuesta a las guerras napoleónicas o la ocupación de Austria, por ejemplo. El arte es algo tan fundamental y esencial de nuestra sociedad que debemos protegerlo y mimarlo.
¿Cuál es el valor de la música en todo esto?
— Nos ayuda a sentirnos menos vulnerables a la hora de expresar nuestros sentimientos. Al hacernos emocionalmente abiertos, podemos trabajar juntos y compenetrarnos. Hallar una sintonía y sincronicidad.
Además de director es trompista, ¿qué le llamó la atención del instrumento?
— El color (risas). No tengo una historia más romántica, sino que fue algo muy natural porque era un niño y ese instrumento brillaba y sonaba muy bien.
También recibió formación de baile, ¿no se le van los pies al dirigir?
— Pues un poco sí (risas), pero mis profesores ya intentaron contenerme. La comunicación no verbal me parece sumamente importante, pero demasiada potencia sin control no es buena.
¿Qué le diría a la gente para animarles a asistir al concierto?
— Que no se pierdan la oportunidad de conocer a este genio para entender por qué ha trascendido y disfrutar de una orquesta fantástica, que es la suya, y mimar la cultura.
1 comentario
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"Proteger" no me parece dinámico ye s poco ambicioso. Mejor "promover", "extender", etc.