Pinya define Muladar como «una especie de radiografía en torno a una selección de diez proyectos hechos en los últimos siete años» con un hilo conductor claro: «La mirada de los críticos y la mirada de los escritores, que con sus textos interactúan con cada uno de esos proyectos como si fueran ‘microensayos'». Con ese punto de partida, el creador indaga en una reflexión sobre «las inquietudes y las incógnitas de los paradigmas que busca mi obra, que siempre se está transformando», detalla Pinya desde su estudio palmesano. Con Muladar, «juego con la idea de irme hacia lo desconocido, de no conformarme con las fórmulas que ya conocía y, sobre todo, quiero reafirmar otros métodos y procesos», sostiene.
Edición
En Muladar, Albert Pinya colabora de nuevo con Pau Vadell y su sello Adia Edicions, asentada en Calonge (Santanyí), con quien ya publicó su primera monografía, Agropower (2017). «Es mi editorial fetiche, por eso era evidente que en esta segunda monografía Pau debía ser el máximo responsable de la edición», confiesa. Sobre todo, porque «en los tiempos que corren, los de la ‘tecnobarbarie' y la contrarevolución digital, la idea de apostar y querer publicar con Adia en un momento como éste, en el que el papel y los libros están casi mal vistos, demuestra que es un gran ejemplo de heroicidad, de valentía, de respeto y de amor por la cultura».
Muladar se abre con un prólogo del crítico y comisario Enrique Juncosa, y se cierra con un epílogo de Agustín Fernández-Mallo. En su interior, junto a la obra de Pinya conviven esos pequeños relatos que escriben «personas con las que en algún momento he colaborado», palabras escritas por aquellos que «van más allá, con una obra cuya herramienta es la palabra». Sus nombres son Rossella Farinotti, Joan Miquel Oliver, Jaume Munar, Pilar Rubí, Gianluca Ranzi, Marcos Torío, Sofía Moisés, Jaume C. Pons Alorda, Emili Sánchez-Rubio, Alberto Zanchetta y Lucia Pietrelli; ésta última, además, acaba de alzarse con el Premi Lletra d'Or por su poemario Lítica, «es una genial coincidencia y un orgullo», confiesa. En la presentación de Muladar, que será en apenas dos semanas en el citado casal Can Balaguer de Ciutat, Pinya estará acompañado por Pau Vadell y el poeta Jaume Munar.
El lanzamiento de Muladar, así como su concepción y desarrollo, coincide con un tiempo «raro», el del coronavirus. «Debo reconocer que este libro se ha podido gestar con mayor rapidez gracias al tiempo en el que estuvimos confinados». Pese a ello, sí que ha visto como algunas de sus exposiciones previstas para este año se han visto canceladas o aplazadas al próximo 2021. «Fue un momento súper oportuno para avanzar toda esta historia; a mí me excita mucho el contexto que estamos viviendo ahora, no lo veo con ese miedo que nos hace débiles, esta situación debería motivarnos más para desarrollar el ingenio y seguir reinventándonos constantemente». Así es, sobre todo, «para los artistas de mi generación, que hemos forjado nuestras carreras en contextos de crisis y decadencia», matiza.
Otra figura imprescindible para Pinya en Muladar es su padre, fallecido este año. Está dedicado a él. «La pérdida y la ausencia de mi padre han hecho que él viva dentro de mí, soy su mirada y su memoria. Todo mi trabajo será una especie de canto encubierto a mi padre, es una manera de seguir en contacto con él, que antes vivía conmigo y ahora vive dentro de mí», concluye.
11 comentarios
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Hay algo de verdad en que pueden coexistir decadencia política o económica, con auge cultural como vemos en los casos de Venecia y de nuestra monarquía hispánica (Velázquez, Calderón, etc.). Los antiguos decían que el búho de la sabiduría echa el vuelo al atardecer.
Pues no salgas de ella.
Pues continua así hombre, la cuestión es vivir si se puede del cuento, porque entre lo "tuyo" y la política no hay mucho trecho.
No se preocupe usted sr albert que con los PGE aprobados y este desgobierno! Mucho me temo que se va a sentir la mar de agusto!!! Comodisimo, acuerdese!!
Este se cree que es Da Vinci pero no le llega a la suela de sus zapatos, por cierto, mucho bombo y platillo al tio este no?
Qué me vas a contar Albert ?, si no hay donde escoger. SALUD
Entonces tendría que haberse dedicado a la política.
Quin bullit.
Con los politicos que tenemos lo tienes muy fácil
També el gall canta, amb els peus ficats dins el fems.