«Es con gran tristeza que debo compartir la noticia de que David Cornwell, conocido en el mundo como John Le Carré, falleció después de una breve enfermedad (no relacionada con COVID-19) en Cornualles el sábado 12 de diciembre de 2020 por la noche», dijo su agente en un comunicado.
«Todos los amantes de los libros, todos los interesados en la condición humana, sentirán su pérdida», dijo Jonny Geller, director ejecutivo de The Curtis Brown Group.
La familia del autor, conformada por su mujer, Jane, y cuatro hijos, dijo en un breve comunicado que el autor había muerto de neumonía.
Al explorar la traición en el corazón de la inteligencia británica en sus novelas de espionaje, le Carré desafió las suposiciones occidentales sobre la Guerra Fría al definir para millones de lectores las ambigüedades morales de la batalla entre la Unión Soviética y Occidente.
A diferencia del glamour del incuestionable James Bond de Ian Fleming, los héroes de le Carré estaban atrapados en un desierto de espejos dentro de la inteligencia británica que se tambaleaba por la traición de Kim Philby, quien huyó a Moscú en 1963.
«Ya no es una guerra de disparos, George. Ese es el problema», le dice Connie Sachs, miembro de la inteligencia británica al cazador de espías George Smiley en la novela de 1979 Smiley´s People.
«Es gris. Mitad ángeles luchando contra mitad demonios. Nadie sabe dónde están las líneas», dice Sachs en la novela final de la trilogía «Karla» de Le Carré.
Una descripción tan sombría de la Guerra Fría moldeó las percepciones populares occidentales de la rivalidad entre la Unión Soviética y Estados Unidos que dominó la segunda mitad del siglo XX hasta el colapso de la Unión Soviética en 1991.
La Guerra Fría, para le Carré, fue una guerra sin héroes y donde la moral de los espías en Moscú, Berlín, Washington y Londres estaba a la venta, o destinada a la traición.
La traición a la familia, los amantes, la ideología y el país recorre las novelas de le Carré, que utilizan el engaño de los espías como una forma de contar la historia de las naciones, en particular el fracaso británico de ver su propio declive posimperial.
Los espías británicos estaban enojados porque le Carré describió al Servicio de Inteligencia Secreto del MI6 como incompetente, despiadado y corrupto. Pero aún así leían sus novelas.
Entre sus numerosos fanáticos, se encontraban también el expresidente de Estados Unidos, George H. W. Bush, y la ex primera ministra británica Margaret Thatcher.
9 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
No es cierto, como se dice, que fue un espía del MI6. Era un funcionario documentalista del contraespionaje británico con acceso a información privilegiada. En definitiva: fue inteligente, ató cabos y logró ser un buen escritor aunque irregular. Su primera época como novelista fue extraordinaria. Por el contrario, sus últimos libros, faltos de ritmo y con personajes desleídos y demasiado ambiguos, eran un plomazo. Pero por encima de todo nos hizo pasar espléndidos ratos. Gracias David y D.E.P.
La mejor manera de contar la verdad es a través de la ficción otro agente del MI6 al servicio de la reina
Pues este señor al lado de nuestro comisario Villarejo es "Rita la cantaora" o "Anacleto agente secreto "
Curial, si leyeras un poco más sabrías que 007 era de Ian Fleming
Descanse en Paz
John le Carré tenía una vivienda aquí en Mallorca muchos años.
John le Carré participó en el intrigante desembarco de Dieppe en 1942, con fuerte porcentaje de víctimas. Según los últimos estudios, se trataba en realidad de una operación de inteligencia. Bajo la pariencia de desembarco militar, los británicos deseban apoderarse una máquina de cifrado Enigma y que los alemanes puedieran dar por desaparecida en los combates, no por robada.
Es difícil recordar un ciclo cinematográfico tan fecundo y duradero como el 007, amén de su creatividad.
Grande entre los grandes!