Cartel de la nueva película de Pedro Almodóvar.

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Aunque el control del contenido es una norma que todo el mundo acepta al abrir una cuenta en una red social, las críticas a los gigantes tecnológicos por haberse convertido en los nuevos censores no paran. El último suceso que ha resucitado la polémica, la eliminación (y seguida readmisión) de Instagram del cartel de la próxima película de Pedro Almodóvar.

Un pezón goteando leche enmarcado en la silueta de un ojo, creación del diseñador Javier Jaén, ofendió al algoritmo de la red social perteneciente a Facebook y este martes decidió suprimir la imagen publicada por diversas cuentas por «contenido erótico o pornográfico».

El autor de la misma hizo pública su queja y las redes estallaron. ¿A quién puede ofender una imagen tan natural, totalmente contextualizada con la trama de la cinta?, se preguntaban usuarios de redes sociales.

Madres paralelas, que se estrenará en cines el 10 de septiembre tras inaugurar la próxima edición del Festival de Venecia, versa sobre la historia de dos mujeres que dan a luz en el mismo hospital.

Ante la avalancha de críticas, Facebook se retractó y las fotografías están siendo restauradas, según han explicado a Efe fuentes de la compañía.

«Inicialmente eliminamos varias muestras de esta imagen por romper nuestras reglas contra la desnudez. Sin embargo, hacemos excepciones para permitir la desnudez en determinadas circunstancias, que incluyen la existencia de un contexto artístico claro. Por lo tanto, hemos restaurado las publicaciones que comparten el póster de la película de Almodóvar en Instagram y lamentamos mucho la confusión causada», ha apuntado la empresa presidida por Mark Zuckerberg en un texto público.

Sin embargo, en opinión de Javier Jaén, el borrado de la imagen «ha puesto sobre la mesa la nueva censura». «Pensé que probablemente ese pezón con una gota de leche fue la primera imagen que vi en mi vida y ahora resulta que está mal y es peligroso», ha apuntado el diseñador a Efe.

Jaén ha recibido también una llamada de Facebook para disculparse y explicarle que la imagen se puede publicar, ya que está dentro de un contexto artístico.

¿QUÉ CENSURAN LAS REDES?

Dentro de sus «normas comunitarias” publicadas por Facebook, que afectan también a Instagram y que todo usuario acepta al abrir una cuenta, hay un apartado destinado a los «Desnudos y actividad sexual de adultos” en el que se especifican detalladamente cuáles son los elementos prohibidos.

La red social asegura que, aunque antaño era más restrictiva, tras la sucesión de polémicas como la eliminación de instantáneas de mujeres dando de mamar, las políticas relativas a los desnudos se han matizado con el paso del tiempo. Hoy en día «se pueden compartir desnudos por muchos motivos, incluso como forma de protesta, para concienciar sobre una causa o con fines educativos o médicos», apuntan las normas comunitarias de la red.

«Cuando esa intención queda clara, permitimos ese contenido», asegura la red social, que explica: «aunque restringimos algunas imágenes de pechos femeninos que incluyen el pezón, permitimos otras, incluidas aquellas que representan actos de protesta, mujeres dando el pecho y fotos de cicatrices de mastectomías».

También aseguran que están permitidos los «anuncios e imágenes de ficción reconocidas o con indicadores de ficción» como sería el caso aplicado finalmente para admitir el cartel de Madres paralelas.

Así como las fotografías de pinturas, esculturas y otras obras de arte donde se muestren figuras desnudas, algo que deja en el pasado la polémica surgida en 2018 después de que la red social bloqueara cuadros de históricos pintores como Rubens y sus famosos desnudos.

Lo que sigue sin cambiar en la red es la clara distinción por sexos al especificar la prohibición de «pezones femeninos al descubierto» excepto en los mencionados contextos, el «estrujamiento de pechos femeninos» o la muestra de «menstruación».

REVISIÓN Y PROTESTA

Según explican a Efe fuentes de la compañía, la revisión de contenido se hace mediante una combinación de inteligencia artificial e informes de personas para identificar publicaciones, imágenes u otros contenidos que infrinjan las normas.

Aunque el gigante tecnológico estadounidense utiliza cada vez más los algoritmos para control de contenido, todavía se sigue realizando la revisión humana porque el algoritmo no siempre acierta.

Además, señalan en la compañía, todo usuario que no esté de acuerdo cuando una foto se elimina puede solicitar la revisión de una decisión a Facebook e Instagram y si, tras la revisión, el usuario sigue sin estar de acuerdo con la decisión tiene la posibilidad de presentar una apelación ante el Consejo asesor de Contenido, un órgano externo e independiente que decide si una foto censurada puede volver a salir a la luz.