Dídac Martorell y Joan Lluís Cañellas fueron los ’xeremiers’ que pusieron música al acto. | Emilio Queirolo
El 12 de febrero de 1982, la hoy mítica Llibreria Quart Creixent abría sus puertas de la mano del célebre artista Joan Brossa. Este sábado, este templo de la literatura catalana celebró sus 40 años de vida o «resistencia cultural», como aseguran sus responsables, con un vermut informal al mediodía. En el refrigiero actuaron los xeremiers Dídac Martorell y Joan Lluís Cañellas (Xeremiers del Prat). Al evento asistieron un centenar de clientes y amigos, entre los que figuraban personalidades del mundo de la cultura, como Antoni Vidal Ferrando, Cèlia Riba, Damià Jaume, Toni de Cúber, Maria Muntaner, David Ginard o Miquel Brunet, solo por citar unos cuantos.
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