El dúo formado por Chaz Barrison y Bob Gibson, The London Police. | Teresa Ayuga

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El artista lo es sin importar el medio o el lugar en el que trabaja. Cuando la expresión no tiene salidas naturales, las crea, y eso fue, en parte, lo que originó el street art o arte urbano: una forma de dar salida a todo lo que los creadores no podían expresar. Y en ese mundillo, SheOne y The London Police son perros viejos. El primero, con más de 40 años de experiencia, está más que consolidado, mientras que el dúo que forma al segundo nombre cuentan con una trayectoria progresiva de más de 20 años. Ahora, los caminos de todos ellos confluyen en 2B Gallery, ubicada en la calle Joan Maragall de Palma, que hoy inaugura la exposición dual Smoke Signal &TLPReloaded hasta el 5 de agosto.

SheOne, proveniente del núcleo duro del grafiti británico, fue pionero del tránsito del muro al lienzo, aunque reconoce que «de vez en cuando hago obras en la calle». El motivo es simple: «Hay una energía diferente y es muy guay hacer algo que sea libre y abierto a todo el público». Tras el pseudónimo se halla el londinense James Choules, cuyo abuelo vivió en Alcúdia y que ha visitado Mallorca muchas veces. Reconoce, eso sí, que «no me veo pintando el Casc Antic de Palma, es demasiado bonito» y critica a quienes «vandalizan solo por el placer de hacerlo, sin respetar la historia y la cultura de un lugar».

Afincado en Barcelona desde hace una década, comenzó a trabajar con 2BGallery hace un año y se siente cómodo con ellos. Avanza que la exposición junto a The London Police es «muy positiva porque tenemos estilos diferentes que funcionan muy bien». Por su parte, Chaz Barrison y Bob Gibson forman el dúo The London Police, afincado en Ámsterdam hace 20 años y padres de los Lads, personajes cercanos al cómic que les ha llevado a 35 países con sus exposiciones.

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TLP y SheOne (centro) posaron en la galería.   

Ambos, que cuando comenzaron «ya conocíamos el trabajo de SheOne que estaba ya establecido», valoran positivamente que el arte urbano llegue a las galerías porque «está mejorando y hace que la gente que lo hacía o disfrutaba ahora puede pagarlo». Son conscientes del largo viaje que han recorrido y que contrasta mucho con la hiperconectividad actual en la que un chaval «puede ver qué pasa en Nueva York y Tokyo a la vez, mientras que nosotros teníamos que viajar a todos esos lugares» y se muestran emocionados por su exposición en la Isla, a la cual le reconocen «un rollo diferente, pero en el que también hay mucho grafiti».