El mallorquín Martín Campos Amorós lideró un equipo de animadores durante la producción.  | M. À. Cañellas

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Durante meses fue uno de esos títulos guardado bajo mil llaves en Netflix, lo que levantó la expectación de los seguidores. Los pocos vistazos que se dieron subían todavía más las expectativas y las críticas ya publicadas se rinden ante la que promete ser una de las películas de afnimación del año. Hablamos de El monstruo marino (The Sea Beast en inglés), la gran apuesta del gigante del streaming en el género de la animación que se estrena hoy mismo y que ha sido desarrollado por Sony con la presencia mallorquina de Martín Campos Amorós y Ramón de la Cuesta. Sello isleño.

Ambos trabajaron en otras producciones de Sony, como Spider-Man:Un nuevo universo, la exitosa cinta animada del Hombre Araña que logró el Oscar aMejor Película en su campo y de la que ya se están desarrollando dos secuelas en las que también estarán los mallorquines. En El monstruo marino, sin embargo, Sony se ha aliado con Netflix para contar la historia de un cazador de monstruos marinos y una joven que, refugiada en el barco del primero, se hace amiga de una de estas bestias. Bajo la dirección deChris Williams, autor de otros éxitos como BigHero 6 o Vaiana, y con actores del calibre de Karl Urban (El Señor de los Anillos:Las dos torres o The Boys) o Dan Stevens (La Bella y la Bestia), se trata de uno de los títulos potentes de la temporada veraniega familiar.

Martín Campos Amorós (Palma, 1983) es, en un nivel más interno, otro de los responsables de que la cinta haya llegado a buen puerto. Su tarea fue la de lead-animator y consistió, según sus propias palabras, en «liderar a un equipo de entre 10 a 14 animadores, según el momento de la producción, de todos los niveles». Además, debía asegurase de que «el equipo tenía todo lo necesario para realizar su tarea, estar en contacto con los supervisores y directores, así como con los departamentos anteriores y posteriores al nuestro y tener un plan para cada plano para que puedan brillar delante de los directores».

Bestia

No obstante, además de liderar, Campos también pudo animar a dos de los personajes principales, Jacob y la propia Bestia. En el caso del monstruo, fue «el encargado de desarrollar las expresiones faciales por lo que tuve que hacer muchos tests hasta que los directores estuvieron satisfechos porque buscaban un equilibrio entre comunicar emociones de manera sutil y mantener el comportamiento animal sin humanizarlo demasiado», relata. En líneas generales, la experiencia, para Campos, ha sido «muy especial». Era consciente de que «era el primer gran proyecto de animación de Netflix y se notaba que era muy importante para ellos» y en todo el equipo «había lo mejor de lo que hay».

Pero más allá de lo profesional, para el mallorquín se trata de un proyecto «con varios elementos que me tocan de cerca como las aventuras, los piratas, los barcos y el mar». Él, que se «ha criado entre barcos porque mi abuelo trabajaba de carpintero de ribera en los astilleros de Palma»(además de ser uno de los ‘culpables' de que ahora sea animador) es de esos que «si paso mucho tiempo sin ver el mar, me seco», y además ha podido unir en una sola trama las esencias de algunas de sus cintas favoritas como Piratas del Caribe e Indiana Jones, para crear, sumándole un poco de King Kong, una de «las cintas más maduras, pero completamente accesible a toda la familia de los últimos años y con una historia que tiene todo lo que podría pedírsele», concluye.

El animador mallorquín Ramón de la Cuesta.

Por su parte, De la Cuesta también remite a su abuelo: «Es un proyecto muy especial para mí porque crecí escuchando las historias de mi abuelo sobre piratas y marineros ya que él fue capitán de la mrina mercante y esto es una forma de homenajearle a él y a mi padre». La cinta tiene «un enfoque un poco más adulto al que estamos acostumbrados en animación», explica, aunque «tiene monstruos gigantes, héroes de leyenda y una niña con una mente despierta y mucho valor. ¡Qué más se puede pedir!». Su labor en el filme ha sido el de animar a los personajes de Crow y Jacob y confiesa que «ha sido una experiencia complicada» ya que después de Hotel Transylvania, «este proyecto es totalmente lo opuesto estilísticamente hablando, con una animación más realista, pero ha sido una pasada y he aprendido un montón» y valora que «lo mejor de trabajar en Sony es que cada proyecto es radicalmente diferente y te ayuda a crecer como artista».

A su vez, coincide con Campos al explicar que «se nota que es la primera superproducción animada de Netflix y tienen grandes esperanzas». Ahora, De la Cuesta, al igual que Campos, continúan su labor en las secuelas de Spider-Man: Un nuevo universo, una experiencia «distinta a la primera» porque «hacíamos algo nuevo con lo que sorprender al mundo, pero ahora todo el mundo la ha visto y otros estudios han adaptado el estilo, así que se trata de dar un paso más allá para no defraudar a la gente». Por su parte, De la Cuesta, que valora como «impresionante» el resultado final de la cinta que ya ha podido ver en un cine, plantea dar el salto al mundo de los videojuegos ya que es «el momento de probar cosas nuevas y siempre he sentido curiosidad por ello» y anima a todos a disfrutar a bordo del «Inevitable», el barco de Un monstruo marino que ya puede verse en Netflix.