El cineasta Kike Maíllo posó en el hotel Palma Blanc antes de atender a la prensa. | Pere Bota

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Explica el director Kike Maíllo (Barcelona, 1975) que estaba «buscando material para una peli de ficción que tuviera que ver con piratas contemporáneos: falsificadores, timadores, etcétera». Lo que no se esperaba es que sería él el abordado por uno de esos piratas. Se trata de Oswald Aulestia, artista genial para algunos e incalificable personaje para otros sobre cuya historia gira en torno El falsificador, primer largometraje documental producido por Filmin que, como no podía ser de otra manera, clausura esta noche en La Misericòrdia la décimo segunda edición del Atlàntida Mallorca Film Fest con el propio Maíllo entre el público.

Aulestia fue detenido y condenado a cerca de un año de cárcel en Estados Unidos tras ser extraditado desde España por participar en una extensa red de falsificación y tráfico de obras de arte falsas. Él, concretamente, era el hacedor, el artista detrás de las copias. Maíllo, quien ganó el Goya a Mejor Dirección Novel por su cinta EVA en 2012, cuenta que «tras conocerle cambiamos de idea sobre hacer una película de ficción porque la traslación de un personaje tan sui generis como Oswald era compleja y había algo genuino en él, así que lo pasamos a formato documental». A pesar de todo, el riesgo y el «vértigo» estaban presentes en la producción porque «nunca sabes dónde te va a llevar el seguir a un personaje así» y, de hecho, el cineasta confiesa que «el documental es la historia de un síndrome de Estocolmo» porque, aunque «nos acercamos con afán de investigación acabamos perdiendo la objetividad y no sabemos hasta qué punto nos estaba utilizando él a nosotros» comenta sin reparos.

Y es que al fin y al cabo para Aulestia el foco de atención es su hábitat natural y su propia obra original, que la tiene, puede verse revalorizada con todo el revuelo mediático, algo que Maíllo no oculta: «Él siempre sostiene que es tan importante la obra como el relato o la leyenda que hay detrás», pero al mismo tiempo hay algo de «venganza» por «tener la técnica y la capacidad, pero no haber sido exitoso cuando un Matisse o un Picasso hecho en 20 minutos puede valer millones y lo que hacía él no». Así que hay algo de «que el sistema le devuelva algo y él se aprovecha de esa hipocresía del mundo del arte», detalla.

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Estreno

Así pues, la cinta, que se estrenará en cines el 30 de septiembre y podrá también verse en la plataforma Filmin, muestra cómo Aulestia justifica en cierto sentido sus acciones, aunque también hay momentos de arrepentimiento o asunción de la responsabilidad, e incluso de quitarle hierro al asunto, pero «nunca puedes saber hasta qué punto lo que cuenta es cierto o no». A causa de ello, en El falsificador no hay juicios éticos ni conclusiones, ya que «todo el equipo estábamos ya entregados al personaje», al igual que los muchos testigos que aparecen y alaban su capacidad embaucadora y electrizante, cautivadora.

La cinta, que irá acompañada también de una miniserie de tres capítulos en la que «poder incluir muchas cosas que se quedaron en el tintero», permite también entender un poco la psicología de este tipo de personajes que «sobre todo asumen lo importante que es vivir». En el caso de Aulestia, de hecho, «es un vividor mediterráneo llevado al extremo con un tipo de vida poco estandarizada que te llama mucho la atención ya no solo por trabajar al margen de la ley, sino por la libertad de asumir que esa es la vida que quiere llevar. Es un loco del vivir», algo que queda patente en el filme tras su salida de prisión y verlo como una experiencia casi mística. Maíllo no oculta tener «algo de envidia». En cualquier caso, no hay duda que la principal motivación es «hacer dinero» y que hay algo que les engancha porque varios de los protagonistas encarcelados reconocen que lo volverían a hacer, si no lo están haciendo ya, a pesar de los años en la cárcel pasados.

Clausura

Y con todo, Maíllo habla sin problemas de que el documental también relata el «forjar de una amistad», la suya con Aulestia, quien estará presente hoy en la proyección en LaMisericòrdia en la que, además de ellos, también se encontrará la actriz parisina Isabelle Huppert que recibirá el premio Masters of Cinema y, a su vez, la cantante Amaia que ofrecerá el concierto de clausura justo antes de la proyección de El falsificador para poner el broche final a la 12 edición del Atlàntida Mallorca Film Fest.