Marcos Vidal posa en Palma con algunos de los carteles que forman parte de su exposición. | Jaume Morey

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Marcos Vidal da rienda suelta al arte del flâneur en su nueva exposición, Sensible Encounters, en la cual explora el pasado de objetos que han perdido, en cierto sentido, su uso. El lugar que acoge la muestra es Ca ses Monges, ubicado en Pòrtol, y la inauguración tendrá lugar mañana con una duración que llegará hasta el 20 de septiembre. Vidal, que tiene su estudio en Sineu y será el nuevo director del Centre d’Art i Creació (CAC) de Ses Voltes gestionado por la AAVIB (Associació d’Artistes Visuales de les Illes Balears), explica que Sensible Encounters es el resultado de «dos proyectos» que se fusionan en este.

Por un lado, el proyecto BAM, acrónimo de Mapa Apropiacionista de Balears, en el que Vidal exhibe el material encontrado en un antiguo taller de serigrafía textil de SaPobla que ya ha cerrado. Allí halló los logos de 80 comercios de la Isla destinados a ser estampados en camisetas, muchos de los cuales ya no existen. Así pues, estos emblemas han sido catalogados por colores y por zonas, agrupándose por su ubicación geográfica y dependiendo de si se trata de restaurantes, cines, tiendas, etcétera. Sobre esto ha realizado un texto Pau Waelder.

Interacción

Esto, además, cuenta con una parte interactiva paralela a la exposición en sí, ya que el espacio web tempoarts.org.uk permite a los usuarios explorar los lugares de origen de estas marcas de establecimientos por zonas. Según explica Vidal, «el archivo lo encontré en 2008 cuando el taller cerró con la crisis, pero hasta la pandemia no tuve tiempo de revisarlo», pero con el confinamiento tuvo «margen de sobra» para crear una de las dos patas de la exposición.

La otra pata la forma otro proyecto diferente que, de hecho, es el que da forma a todo el conjunto: Sensible Encounters. Este consistió en una residencia en Alemania, subvencionada en parte por el Institut d’Estudis Baleàrics, en la cual Vidal pasó tiempo en el barrio berlinés de Moabit, con un importante legado industrial. Allí, el mallorquín se dedicaba a «pasear por el mero hecho de pasear»    y a recolectar «los objetos que me encontraba y me llamaban la atención», habiendo de todo: ladrillos, hojas, cortaúñas, sierras, teléfonos, una rama, una cuerda, etcétera. «La gracia estaba en no saber nada de ellos y hacer un archivo de algo totalmente cotidiano como pueden ser estos objetos», dice.

De ellos se realizaba después una impresión o huellas en materiales como barro. Es entonces cuando entra en juego la comisaria María Morata, que ha realizado un texto para esta muestra, quien le sugirió sistematizar sus paseos y su búsqueda, de manera que pudiera también geolocalizar los objetos hallados y establecer puntos para trazar la ruta que ha realizado. Vidal, que también participará en una exposición en enero en el centro Roberto Matta de Chile comisariada por Patricio Álvarez, invita a la gente a acercarse a esta curiosa exposición impulsada por el Ajuntament de Marratxí, al cual agradece «la mucha libertad que me ha concedido».