Rafael Moneo, en su edificio. | Pilar Pellicer

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No todos los días se tiene la ocasión de tener a Rafael Moneo en su propio edificio. Hoy ha sido ese día. El reputado arquitecto de Tudela ha visitado este viernes por la tarde la Fundació Miró que reabre el Espacio Estrella tras las reformas que se han prolongado durante el último año y el arquitecto de este tan emblemático espacio, el propio Moneo, ha sido uno de los invitados de excepción. Además, como si del padre que visita a hijo se tratara, Moneo acude también para celebrar el 30 aniversario del edificio que él mismo proyectó en 1982 por encargo del primer director de la Fundació Miró, Miquel Servera, fallecido este mismo año y a quien Moneo agradeció «ser quien me trajo aquí y me presentó a Pilar Juncosa».

Así pues, Moneo pudo comprobar de primera mano el estado de su edificio, que además lleva su nombre y es conocido como Edificio Moneo, y los detalles del concepto que hay tras él: «Un edificio como este estaba llamado a potenciar todo lo que había a su alrededor y realzar las condiciones de un lugar tan peculiar como este», reflexionó el arquitecto. Según Moneo, el «crecimiento de la ciudad» acabó por «disolver» aquello que había en este lugar y que «tenía tanto valor para Miró» como, por ejemplo, la vista del Mediterráneo, la cual era todavía posible cuando Miró pintaba y habitaba el lugar. De ahí, las famosas piscinas de la cubierta del edificio, que no son más que una forma de «recuperar ese agua, ese mar que se había perdido, porque cuando Miró estaba aquí todavía podía ver la bahía, por ejemplo».

No obstante, además de esa función lograda por el pasillo y el pórtico que dan a ese recuperado Mediterráneo, el Moneo también tenía la labor principal de lograr «dar la sensación de que cuando uno baja a la Estrella se encuentra con una pieza singular, huyendo de la serie y lo ordenado, por eso todo tiene un aspecto fragmentado, roto», y así el interior es «un mundo que no tiene aperturas hacia afuera» y lograr que «los cuadros de Miró se encontraran cómodos en esa atmósfera». Algo que, humildemente, «creo que logramos que ocurra a ratos aquí», reconoce Moneo.

Precisamente, los muros blancos hacen la función de «fondo» y de «lienzo» para muchas de las obras de Miró y el conjunto arquitectónico, unido a Son Abrines, Son Boter y el Taller Sert, etcétera, logran que el Moneo sea «no tanto un edificio, sino algo que completa, conjunta, los distintos componentes del mundo de lo construido aquí», explicó el arquitecto.

Satisfacción

Además, Moneo también se mostró muy contento de poder «volver a estar aquí tras los años en los que ha habido problemas por la cubierta con agua» y de «poder verla de nuevo hoy tal y como era», en referencia a ella. La satisfacción del tudelano es tal, de hecho, que reconoció a su vez que «si tuviera que hacerlo de nuevo hoy no sería muy diferente a como lo hice en su momento» porque «todos los elementos que he mencionado y que dan sentido al conjunto siguen presentes» y aclaró que no es «por obstinación alguna».

Por otro lado, para Moneo también se trataba de proteger todo los los secretos que la Fundació Miró tan bien alberga de «un territorio que de alguna manera se había convertido en un lugar hostil», como si el «edificio fuera como un bastión defensivo», pero sin tener tampoco un componente «unitario» y que «aunque en el exterior tiene elementos claros», es «en el interior donde encuentra su razón de ser».

Finalmente, Moneo también quiso destacar que «quiero decir algo personal», y es que se mostró muy feliz «de estar en Mallorca» y muy agradecido a Servera, como se ha mencionado anteriormente, por ser «quien me trajo aquí», ya que el primer director de la Fundació Miró fue el artífice del proyecto del Edificio Moneo, y también fue quien presentó a Moneo a Pilar Juncosa, «una mujer muy importante en la vida de Miró y que parece que sabía ocupar un segundo plano, pero que fue de vital importancia y de quien me alegro que la Fundació lleve también su nombre», destacó el arquitecto antes de disfrutar de su reencuentro festivo con su propia creación.