Mauro Borgioni, en el Teatre Principal de Palma. | Jaume Morey

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Desde 2015 y, prácticamente cada año, el barítono italiano Mauro Borgioni interpreta, entre muchos otros papeles, el de Orfeo, protagonista de la célebre ópera de Claudio Monteverdi. Este viernes, Borgioni hará historia en el Teatre Principal de Palma con el estreno de esta pieza lírica, nunca antes representada de forma completa y escenificada en la Isla. La función abre este viernes, a las 20.00 horas, la XXXVII Temporada d’Òpera del Principal y también podrá verse el domingo a las 18.00.
En esta ocasión, Yves Lenoir firma la dirección de escena y ambienta la historia en una habitación de hotel. «Y funciona, porque es un relato tan fuerte que cualquier contenedor le sirve, aunque los intérpretes tenemos que saber transmitir esa intensidad», apunta.

«Es una historia rica en emociones y pasiones, por lo que un director musical –en este caso Federico Maria Sardelli– puede encontrar siempre novedades y maneras de transmitirla. No es una partitura fija y tanto el director de escena como el musical pueden aportar su punto de vista. Es una ópera fluida y plástica. En mi caso, tengo unos puntos clave, unos pilares para sostenerme, que son mis compañeros», añade. El mito de Orfeo es ampliamente conocido por el público. Hijo de Apolo y de la musa Calíope, está profundamente enamorado de Euridice. Esta muere y Orfeo decide bajar a los infiernos para recuperarla. Está a punto de conseguirlo, pero rompe la única condición que le impuso Plutón: no volver la mirada a su amada hasta que hayan salido del inframundo.

Sin embargo, Borgioni avisa que «la gente comete un error y es que Orfeo no es un semidiós, sino que es hijo de un dios y de una humana, que es diferente». «Orfeo es un hombre que ha vivido de todo, aventuras, amores y guerras. En este momento encuentra el amor y eso es precisamente lo que le diferencia de los dioses, a los que no les interesa amar. Orfeo sí busca el amor humano, algo que los dioses conciben como un juego. Orfeo está destinado a ser un dios y por eso no quieren que encuentre lo más bello del universo y este lo vive de manera extremadamente dramática», detalla.

Para ello, los dioses interponen pruebas o «trampas». «El primer acto transmite unas poderosas ganas de vivir y mucha serenidad. En cambio, el segundo es completamente diferente y reina la angustia», comenta. En este sentido, el artista destaca la brillante contraposición de registros. «A pesar de la alegría, el espectador nota que algo sucederá, es como un presagio. El canto de Orfeo nunca es tranquilo. En su primera intervención, en Rosa del ciel, por ejemplo, es un texto muy positivo pero está escrito en una melodía de tono menor, lo que le da un aspecto muy melancólico», afirma. El Orfeo que interpretará Borgioni en el Principal, avanza, es muy diferente a lo que se ha visto hasta ahora. «El mito se ha llevado a los años 70 y Orfeo es como una especie de estrella de rock, aunque sin olvidar ni traicionar la esencia de la ópera».