Renacer desde la naturaleza

Por su situación geográfica, Coster tiene «un punto de misticidad», y esta performance, que Concha Vidal define como «una especie de ritual» que genera un diálogo constante, establece una relación entre estos dos términos. Igualmente, la creadora prefiere que sea el público el que llegue a su propio significado y conclusión de lo que allí se encuentre. Aún así, en Y este es mi cuerpo «se crea una tensión que siempre está ahí entre lo natural y lo artificial; es una especie de dicotomía entre lo salvaje y lo civilizado, que está dentro de los seres humanos, lo tenemos ahí».

El rojo es el gran protagonista de la performance, «el rojo mujer, el rojo de la sangre, el rojo de la vida», insiste Vidal. De hecho, durante la pieza la artista se enrolla dentro de un hilo de ese color, del que tiene que liberarse para, precisamente, «escapar, dejarlo todo atrás y volver a nacer». Es decir, renacer. Y lo hace desde la naturaleza propiamente dicha. «No me gusta avanzar lo que va a ocurrir en mis piezas, pero lo natural, el entorno que nos rodea, tendrá un papel importantísimo y decisivo», narra.

De esta forma, el paisaje es «testigo del nacimiento de un nuevo cuerpo y la raíz de un árbol como lecho de muerte y otra vez el eterno ciclo de la vida, un hilo rojo que jamas se quiebra», reza el avance de la peformance. Para el artífice de la creación del centro Coster. Art i Natura, Amador Magraner, contar con una figura como Concha Vidal «es todo un lujo, cuando hablamos del proyecto pensé que este sería el escenario ideal para ello». Se trata de la segunda propuesta de este espacio que abrió el pasado agosto con dos exposiciones de las reconocidas Susana Solano y Eva Lootz.