La historia se ambienta en un lugar llamado la Colmena, una ciudad dentro de otra. Se trata de un sitio lleno de edificios enormes que emula la idea de la «ciudad vertical» en la que tienen su propia forma de vivir, de ver el mundo y, claro, de reimaginarlo. Las leyendas, la mitología y las creencias son propias. «Tienen sus propios demonios, dioses, una religión que habita en el interior y solo responde ante ellos». Pero claro, lo que para unos es totalmente cierto, para otros, como los que no viven en esa comunidad, suena a locura. En ese contexto «unos chavales adolescentes se dan cuenta de que eso que es mitológico parece ser real». Todo por algo está despertando en el sótano del párking del bloque colmena.
«Tiene algo de claustrofóbico», concede Ledesma sobre este mundo que ha creado. «Es un lugar que, en origen, tenía tiendas, párkings, oficinas, y básicamente todo lo que necesitas para no salir de allí». Pero todas estas ideas de su ficticia realidad quedaron en el olvido y ahora «todo está cerrado, los ascensores no funcionan casi ninguno y son edificios viejos de 40 plantas». Tiene algo de Stephen King, de Pesadillas, de Katsuhiro Otomo, y de otros tantos referentes del terror.
«Es un microuniverso propio que juega con el concepto de sitio cerrado», detalla Ledesma quien, además, confiesa que se ha basado en cierto sentido en su barrio natal, uno «ubicado al norte de Barcelona muy aislado del resto, muy conflictivo y golpeado por la heroína», rememora. Un sitio «en el que la muerte real nos rodeaba cuando era pequeño» y del que recuerda «haber visto cadáveres en la calle».
Además, Ledesma también ha trabajado en unidades de paliativos de hospitales, por lo que «tengo una perspectiva de la muerte algo diferente al resto», a la par que un «humor negro muy acusado».
Sin embargo, no se trata de un estar «insensibilizado», sino «estar preparado para ello y poder convivir con la idea de que nos moriremos». En este sentido, para Ledesma el género del terror, que le encanta y que ha consumido desde que tiene uso de razón, es «un entrenamiento», una «coraza que nos sirve para prepararnos para el día a día» porque «los miedos siempre llevan a la pregunta básica sobre la muerte», detalla el escritor.
Y aunque el miedo es algo que Ledesma explora a través de sus páginas escritas en este y otros libros, no es su única faceta creativa. También es guionista de varios largometrajes como Xtremo, película disponible en Netflix y dirigida por Daniel Benmayor que cuenta con Óscar Jaenada, Andrea Duro, Óscar Casas y la mallorquina Llum Barrera, entre otros. También firma Awareness, del mismo director.
Su más reciente trabajo es Estación Rocafort, que acaba de terminar de rodarse y que llegará a las salas de cine en su debido momento. Esta está dirigida por el reputado cineasta Luis Prieto y protagonizada por Javier Gutiérrez (ganador de dos Goyas, uno por La isla mínima y otro por El autor) y Valeria Sorolla, joven actriz nominada al Goya por su papel en El buen patrón.
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