La historia real detrás de la nueva serie de Netflix El cuerpo en llamas es tan «brutal» que cuando la gente vea la serie pensará que hay cosas «que son ficción, pero no, aunque parezca mentira, es cierto». Es Miquel Prohens quien lo dice. El mallorquín firma la dirección de fotografía de tres de los episodios del nuevo true crime del gigante del streaming, protagonizado por los actores Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez y que se basa en el sonado caso del crimen de la Guardia Urbana de Barcelona.
No es el primer proyecto de Prohens con Netflix, con quien ya ha trabajado en otras exitosas series como Élite, aunque sí es el primero que se basa en un caso real y tan crudo como este. A modo de recordatorio: en el año 2017, un hombre fue encontrado en el maletero de un coche quemado en el Pantano de Foix. La principal sospechosa fue su pareja, Rosa Peral (a quien da vida Corberó) junto a su amante, Albert López. Todos ellos eran policías.
«Es una historia tan rocambolesca que cuando me llegó el guion pensé que no hacía falta ponerle nada de ficción», confiesa Prohens quien destaca que el tono que ha buscado para la imagen de la serie es «uno que acompañe a lo que sucede, que los movimientos de cámara y la luz te dejen intrigado y te incomoden», señala.
Para ello, los colores son «fríos, como la relación que hay entre los personajes, y oscuros en muchos momentos», porque en su caso «hablar de la luz es hablar del guion: frío, calculado, con muchos movimientos de zoom para entrar en la mente del personaje». Todo ello genera un resultado que, a juicio de Prohens, «estéticamente será potente y diferente».
Además, como decimos, es la primera vez que se adentra en un proyecto de este estilo, por lo que lo considera algo nuevo y «un paso adelante, pero me pasa con todos». «En cierta manera es algo bueno que tiene nuestra profesión, que no lo haces solo por lo económico, sino porque te gusta, y este guion me pedía cosas que no me pedían otros y eso me permite ir probando», indica el mallorquín.
Prohens, a su vez, declara que aceptó este trabajo por encima de otros porque el guion era «potente» y porque confía en la apuesta de Netflix por «internacionalizar la marca», ya que hay una intención clara por ello con el fichaje de Úrsula Corberó, que cuenta prácticamente con la categoría de estrella internacional tras su papel de Tokyo en La casa de papel: «Es también una apuesta por su parte porque es un papel totalmente distinto y la verdad es que lo clava».
Sobre ella, de hecho, Prohens destaca que «es más que su resonancia internacional, es un gusto trabajar con ella. Es muy buena, te lo hace en una toma. A Quim ya le conocía de otros proyectos y un control emocional y técnico enorme. Siempre vienen con los deberes hechos», explica el director de fotografía.
Por otro lado, se da una circunstancia curiosa en el caso de Corberó, que deberá ponerse en la piel de una persona egocéntrica, narcisista y manipuladora, capaz de asesinar, y es que toda su entorno está interpretado por gente o bien mallorquina o conectada a la Isla: «Han creado como una familia mallorquina», bromea Prohens, aunque no le falta razón: Pep Tosar hace de su padre; Guiomar Caiado, la joven actriz isleña, será la hija de Corberó; la actriz Júlia Truyol será una buena amiga del personaje de Corberó; y, finalmente, Mamen Duch, que hace de la madre de Corberó, y que acude con regularidad a Artà. Prohens llegó a decir que «podíamos hablar en mallorquín en el set, algo poco habitual».
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