La polifacética artista mallorquina Samantha Hudson.

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Está en uno de sus mejores momentos y lo demuestra una agenda apretadísima. Samantha Hudson (Magaluf, 1999) será la semana que viene una de las grandes protagonistas de dos eventos en la Isla: el miércoles 17 presentará la gala de entrega de los Premios MIN de la música independiente en el Auditòrium de Palma, y el sábado 20 pisará el Escenario Flexas del Mallorca Live Festival 2023. Además, este viernes publicó su nuevo EP, que lleva por título AOVE.

Va a presentar la gala de los Premios MIN. ¿Cómo afronta este nuevo reto?
—Me hace mucha ilusión participar de este evento en calidad de presentadora, siento que es una vinculación directa con la industria musical y la música independiente, que es el ámbito en el que me desenvuelvo y mi principal sustento económico. Espero no defraudar a nadie, supongo que ser existirán ciertas expectativas. En cualquier caso, no suelo dejarme secuestrar por los nervios y me tranquiliza saber que cuento con toda la experiencia que he acumulado a lo largo de mi trayectoria profesional. Es una gala importante y eso le añade un plus de presión.

Supongo que el hecho de que la ceremonia de los premios sea en Mallorca lo hace todavía más especial.
—Para mí siempre es muy especial regresar a mi isla y aún más cuando el motivo es laboral. En este caso no es uno de mis espectáculos pero yo lo afronto de la misma manera. Imagino que es otro paso más en mi carrera para desmontar aquel refrán que dice que ‘una nunca es profeta en su tierra'. Yo vengo dispuesta a ser la mesías.

La hemos visto en Tu cara me suena, en podcasts, publicando música y videoclips, presentando galas. ¿Cómo se mueve Samantha Hudson en tantos terrenos diferentes?
—Las posibilidades son infinitas para una chica tan ambiciosa como yo. También es algo muy generacional, hoy en día hay más artistas multidisciplinares que personas. Yo presumo de ser una mujer del renacimiento, siempre laburando en distintas materias. Por eso nunca es un mal momento para ponerme a prueba en escenarios diferentes y demostrarle al mundo que Samantha Hudson es un todoterreno.

Acaba de lanzar nuevo EP, AOVE.
—Este es posiblemente mi trabajo más profesional hasta la fecha. AOVE es un EP de cuatro canciones repletas de sonidos electrizantes, ritmos máquina y muchas referencias a la cultura raver de la década de los noventa. Ofrece una secuencia musical cargada de dinamismo y timbres frenéticos que prometen hacer retumbar el suelo de las discotecas. Sin abandonar esa irreverencia que tanto me caracteriza, este trabajo os ofrece una Samantha renovada, muy bakala y más electrónica que nunca.

Una personalidad como la suya atrae a fans, pero detractores. ¿Cómo lleva las críticas?
—Al contrario de lo que pueda parecer, Samantha Hudson es más querida que odiada. O al menos así lo percibo yo. Cuando eres una persona tan estridente, con esta identidad que entra por la puerta antes que mi cuerpo, te acabas acostumbrando a los comentarios negativos. Me gusta pensar que no son ataques personales, sino más bien actos impulsivos con el objetivo de corregir todas aquellas realidades que, en cierta medida, demuestran que el orden establecido es una sarta de tonterías. El odio que nos arrojan es un intento desesperado de invisibilizar que existe vida más allá de la norma. Yo personalmente, no tengo espacio en el bolso para tanta ofensa. Ya ni si quiera me esfuerzo en rebatir pues por mucho que señales al cielo, un imbécil siempre te va a mirar al dedo.

Las redes sociales son ahora fundamentales para cualquier artista. ¿Cómo se maneja en este sentido?
—En mi caso particular, las redes sociales son un apéndice más de mi cuerpo. Las uso a voluntad, nunca como una imposición, supongo que ese es uno de los motivos por los que me gestiono bastante bien. En cualquier caso, son una herramienta indispensable de trabajo, sobre todo con lo que respecta a la promoción y a ellas les debo gran parte de mi éxito.

Evidentemente, se encuentra en un gran momento profesional y asumir el éxito es más fácil que el fracaso. ¿Teme a que algún día ese ‘boom' se normalice?
—Ya estoy acostumbrada a este ritmo de trabajo. De hecho, hay ocasiones en las que siento que no estoy participando de actividades suficientes, pero es simplemente que ahora mismo cuento con más herramientas que me permiten afrontar este nivel de producción de una forma más sostenible. De cualquier manera, no me asustan las vacas flacas, estoy dispuesta a abrazar el fracaso porque yo siempre seré una gran súper estrella, independientemente del éxito que tenga.

Lleva más de diez años en este mundillo. ¿Qué balance hace?
—Me siento tremendamente afortunada. El contexto en el que vivimos es desesperanzador y la gente de mi generación tiene que lidiar con muchos obstáculos. Estar haciendo lo que hago es un auténtico privilegio.

¿A quien votará el domingo 28 para las elecciones municipales y autonómicas?
—A la izquierda siempre.