El cantante y músico Tomeu Quetgles, en Palma. | M. À. Cañellas

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Cuando nadaba en el cuerpo de su madre, como una semilla de agua, Tomeu Quetgles ya debía ser un tipo especial. De esos cuya mirada refleja el entusiasmo primerizo del que vive una experiencia por primera vez. Pero no en plan advenedizo. Lo suyo es una «constante celebración de la existencia» tal como describe este artista que acaba de publicar Colaix, un elepé grabado en los Estudis Campet de Algaida, sobre el que ha decantado una variada gama de sentimientos, todos ellos positivos.

En un mundo donde triunfa una nueva generación de artistas, empapados de ritmos urbanos y letras vacías, parece algo anacrónico escuchar a Tomeu Quetgles. Pero sus canciones resisten la embestida de las modas, con sus arpegios folkies y esa sonoridad ajena al frenético ritmo de la vida. Baladas con sustancia, que, según su autor «nacen de la inercia vital de sus creadores que, en este caso, son todos los músicos fabulosos que con su enorme sensibilidad y capitaneados por el alquimista Toni Martín, han conseguido transmitirle a las canciones una profunda verdad sonora que apela a la emotividad más que al intelecto», detalla Quetgles, quien en esta ocasión confiesa sentirse «más instigador que autor».

Como su propio título indica, Colaix es un compendio, un montaje de imágenes, pensamientos y sensaciones que su autor ensambla con optimismo. Retazos de una vida que, «con todos sus embates, los buenos y los malos, siento como un regalo». Es su décimo tercer álbum, y como no podía ser de otra forma, esta bañado en veteranía y tablas, «puede que me ayuden a dar credibilidad al mensaje y permitan penetrar en el corazón del oyente». Lo intentará a través de una lírica que desprende intimismo, es el regusto de un repertorio que te gana desde la identificación emocional. La fórmula está ahí, pero no a todo el mundo le sale bien.

Ilustración
Para completar la identificación, la portada del disco ilustra un collage de Joan Garau, «una maravilla que se ha convertido en parte esencial del disco». Para aprovechar el rebufo creativo que le ha despertado Colaix, Quetgles llevará a cabo la realización de un cortometraje musical con una de las piezas que vertebran su disco, Som Cel.