Un grupo de amigos que, además, tocaban juntos. Esta podría ser una buena definición de Sexy Sadie, la banda indie de pop-rock mallorquina que fue precursora de tantas otras de hoy en día y que en 2006, tras 14 años sobre los escenarios, decidieron disolverse, aunque se rejuntaran en alguna ocasión posterior. Sobre ellos se centra el documental Naturalesa Morta, de Toti García y Lluís Prieto, de Espaitemps, creadores de series como Mòpiesy Treufoc, que echan un vistazo no solo a una banda icónica de la Isla, sino a un tiempo que ya no existe.
La cinta, que fue estrenada en el Atlàntida Mallorca Film Fest, cuenta con una particularidad principalmente interesante: todo se basa en material de archivo ya que la banda grabó ingentes cantidades de cintas a cargo de Jaime García, Lluís Ortas o Pep Lluís Sampol: «Nos dimos cuenta de que tenía muchísima más fuerza y energía ese material que todo lo que pudiéramos grabar nosotros», confiesan los directores.
Se percataron de esta circunstancia por la esencia misma que caracterizaba las filmaciones «por su nivel de realidad» y por «la amistad» que se refleja en ellas. Se trata de una manera de echar un vistazo a un pasado en el que «se vivía en el presente», por oposición a la actualidad en la que «estamos en un estado de semivigilancia constante por lo que pudiera pasar», pero, como destaca Prieto, «hace 15 o 20 años la gente hacía lo mismo que hoy, salir con sus amigos y tal, pero de alguna manera no les importaba tanto la inmediatez».
Las imágenes de archivo, la primera vez que la banda accede a que se hagan públicas, son pues un fiel reflejo no solo de un éxito que al vivir en la época pre-redes sociales parece haberse quedado en un tintero, ya que Sexy Sadie tocaron en festivales como el de Benicàssim, por ejemplo, sino también de una sociedad que ya no existe o que, al menos, se ha desvirtuado.
Analogía
Sobre el título, Naturalesa Morta, es una metáfora sobre lo que supone, precisamente, el documental. Ambos creadores explican la analogía con este género pictórico: «Este estilo es como congelar algo que estuvo vivo en el último momento en el que aún estaba vivo, guardándolo para la posteridad», esa es la clave del documental, recuperar, revivir, como si de un animal congelado en el permafrost se tratara, algo que estuvo muy vivo justo antes de que desapareciera, «con sus luces y sus sombras, con sus variedades y diferencias», con la ventaja impagable de que «lo hemos podido hacer con ellos mismos».
La banda, por cierto, aunque abierta al documental, «tuvo que ser empujada por nosotros», como muestra inequívoca también del carácter que los caracteriza: «Son unos canallas y unos cachondos de cuidado, pero esa es también una manera de vivir la vida», explica García que recuerda que, de cara al estreno en el Atlàntida, casi ni llegaron porque «estaban tomando algo», rememora entre risas.
El documental, por otro lado, también pretende ser un espejo de los rostros de un grupo que eran, principalmente, amigos. De hecho, eso es lo que motivó a Sampol a grabar tanto con ellos: «Grababa para almacenar recuerdos con sus amigos» porque ese era, en realidad, el objetivo principal de Sexy Sadie, pasarlo bien.
Sobre ello, García extrae una lectura aplicable a la banda y a cualquier grupo de colegas: «Siempre puedes decepcionarte con la amistad, pero si conseguimos quitar trascendencia a estas cosas, es posible recuperar esa amistad, y reconectar y pedirse perdón».
Naturalesa Morta es, pues, una ventana, un cuadro, a esos amigos, a esa banda, a ese tiempo y a esa forma de ver la vida y la música. Una oportunidad como nunca antes de colarse en el backstage y disfrutar, de primera mano, de los Sexy Sadie.
1 comentario
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que malos que eran por dios!!!! no entiendo tanta propaganda con un grupo del montón,,,,