Escultura de los Beatles en su ciudad natal, Liverpool, frente al río Mersey. | Adrián Malagamba

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La leyenda dice que tras el asesinato de John Lennon, su viuda, Yoko Ono, le entregó a Paul McCartney una cinta que decía for Paul. En ella había tres temas que Lennon había ido haciendo en la intimidad. Dos de ellos salieron a la luz, Free as a Bird y Real Love. El tercero, Now and Then, no tenía calidad suficiente y fue imposible trabajar en él. Ahora, más de 50 años después de la disolución de la banda, los Beatles lanzan la que han vendido como su ‘última’ canción. Precisamente la que no se pudo recuperar y que ahora, gracias a las nuevas tecnologías ha salido adelante.

En Now and Then, un software utilizado por Peter Jackson en el documental Get back (Disney, 2021), ha permitido aislar la voz de Lennon, que no está recreado, sino remasterizada en el tema, al que se unen pistas de piano del propio Lennon, guitarra de George Harrison, batería de Ringo Starr y bajo y guitarra (al estilo de Harrison) del propio McCartney. A ellos hasta se ha unido Giles Martin, hijo de George Martin, como productor y arreglista de cuerdas. Es la canción más ‘beatle’ que se podía imaginar, pero ¿qué opinan desde la música sobre el uso de la IA y sobre si es, o no, la última canción de los Fab Four?

Para el músico e historiador Tomeu Canyelles está claro: «En absoluto es su último tema». «Es un esbozo de un trabajo para John y el autor la compuso para sí mismo y no pensando en su antigua banda». Además, Canyelles recuerda que «el propio George la descartó en 1995», por lo que el título de última canción «cumple una misión promocional».

Lo mismo piensa Antoni Vives, al frente de la tienda de discos Xocolat y letrista de Zincpirithione: «Es márketing», aunque reconoce que «sí es su última canción» porque están todos, a través de «la voz de Lennon» y «la instrumentación de Harrison en las sesiones que hicieron en los 90».

Sobre la canción en sí, musicalmente, tanto para Canyelles como para Vives el resultado es bueno. «Es emocionante y como fan y profesional me interesa y conmueve», detalla el segundo mientras que el primero destaca que es «bonita, efectiva y elegante», aunque ambos ven pegas. ParaVives, le sobra «instrumentación y está sobreproducida», mientras que para Canyelles «es anecdótica y menos memorable que Free as a Bird y Real Love». Ambos coinciden también en que la historia de la banda se concentra en unos años muy específicos y que este tema no deja de ser algo anecdótico que no cambiará esa historia. «Eso sí, es una muy buena propina para los fans».

Por su parte, Pilar Rubí, historiadora del arte vinculada a la música, es más crítica: «Es una buena canción pop, pero no me parece 100% Beatles». En ella aprecia «elementos posteriores de bandas como Oasis o The Kinks» y opina que la voz de Lennon no le «resulta nada reconocible» y que «no me parece la última, sino algo experimental y anecdótico».

Sobre el uso de la IA, Vives recuerda que ya en los 60 «George Martin y losBeatles fueron pioneros en usar las técnicas de estudio más novedosas» y que, desde entonces, la tecnología ha avanzado mucho, por lo que «que de una simple cinta se pueda extraer la voz y mejorarla me parece perfecto y en este caso la IA es una buena herramienta».

En la misma línea se mueve Canyelles, quien puntualiza que nadie se quejó «cuando se utilizaron estas tecnologías para mejorar la imagen de películas antiguas» y avanza que «estas nuevas herramientas permitirán llevar la música a nuevos niveles».

En esta línea, Rubí comenta que «es un avance tecnológico increíble, pero para hacer componer a los muertos no» y coloca Now and Then en el terreno de «lo experimental y lo anecdótico».

De cara al futuro y sobre la proliferación de estas nuevas tecnologías en la música, Vives comenta que «si se trata de un medio para conseguir fines creativos o novedosos, ¿por qué no?», mientras que Canyelles pide prudencia: «Estamos a las puertas de entender las posibilidades que ofrece laIAen la música» y recuerda que hace unos años «todos se rasgaban las vestiduras por el autotune y ha terminado siendo una herramienta clave para determinadas músicas». Por ello, «permitirá rescatar muchas grabaciones y hará mucho más efectivos (y frecuentes) experimentos como Now and Then».

Finalmente, Rubí considera que es un avance «tecnológico increíble que nos asombra, pero también nos puede hacer pasar por ciertas coas que no lo son» generando una especie de fake news en el mundo de la autoría, que «puede provocar que nos la cuelen fácilmente». No duda, tampoco, de que su uso irá más allá porque ahora es «el gran tema» del que «se habla todo el rato» y tampoco duda de que «tendrá una cara A y otra B con aplicaciones no tan deseables».