El look del líder de The Buzz Lovers, muy a lo Kurt Cobain. | R.C.

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A escasos meses del 30 aniversario de la muerte de Kurt Cobain, el padrino del rock alternativo e icono involuntario de esa escena de naturaleza triste, sensible e insatisfecha que fue el grunge, la sala Es Gremi acoge a The Buzz Lovers (viernes, 21.30), la auto proclamada «mejor banda» a Nirvana. es Sin duda, una buena ocasión para revivir o acercarse con ímpetu explorador al repertorio inoxidable del conjunto de Seattle, uno de los temarios más transgresores y rupturistas del siglo pasado. Aprovechamos esta cita para repasar el legado de una banda de paso efímero y huella indeleble en los anales del rock.

Formados en 1987, su periplo se frenó en seco el 5 de abril del 94, un segundo después de que Kurt Cobain se volase la tapa de los sesos. Además de varios millones de corazones desolados, dejaba atrás una viuda y una hija que, a sus 30 años, sigue sumida en el anonimato. Para ellas fueron sus últimas palabras, escritas en la nota de suicidio: «Sus vidas serán más felices sin mí».
Visto en perspectiva, la herencia musical de Nirvana es mayor que su trabajo en vida, apenas tres discos de material inédito –Bleach, Nevermind e In Utero–, al que se suma uno de los álbumes en directo más vendidos de la historia –MTV Unplugged– y otras grabaciones inéditas o póstumas como You know you're right.

Su debut discográfico (Bleach, 1989) pasó inadvertido. Sin embargo, el primer single de su segundo largo, Smell like teen spirit, elevó a los de Seatle a los altares profanos y puso banda sonora a la Generacion X –nombre tomado de una novela de Douglas Coupland que reflejaba cómo vivía y pensaba la juventud occidental, adicta al consumismo, que no había sufrido una guerra–.
El tema se alojaba en Nevermind (1990), uno de los discos más vendidos de la historia, punto de ignición en la fama de Nirvana, auténticos outsiders en la carrera por un futuro incierto. Y, de ese modo, Kurt Cobain se erigía en la nueva esperanza de una generación desnortada que le señalaba como su apóstol.

El problema es que Cobain no estaba llamado a ser un líder de masas. Era un adicto al rechazo, a la depresión, a la heroína... y todo aquello alentó su naturaleza autodestructiva, precipitando su ingreso en el luctuoso ‘club de los 27', junto a Jimi Hendrix, Janis Joplin, Brian Jones y Jim Morrison. Una semana después de su suicidio, Mariah Carey reemplazaba a Nirvana en el Top 10 USA. El grito de Cobain se había quedado sin eco.

La emoción está asegurada cuando empiecen a sonar los primeros acordes de The Buzz Lovers, una banda que ha pasado siete años ininterrumpidos en formato ‘power trío' recorriendo España y Portugal, dejando su impronta en festivales como el prestigioso Viña Rock.